Palabras clave

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En este artículo no me refiero a palabras clave como cosas que entrañan algún poder especial para convencer o persuadir, sino a palabras que, si las entendieras mejor, podrían ampliar tu comprensión de aspectos que quizás no habías tenido en cuenta, o que entendías solo en parte y que podrían marcar la diferencia cuando quieras enfocar mejor la preparación y presentación de tus discursos.

Por ejemplo, en música, las claves de Fa y de Sol sirven para identificar la interpretación que se dará a las notas musicales en una pieza musical. En arquitectura, la piedra angular es una pieza clave que sostiene, o corona, la estructura. En Técnicas Dinámicas, las palabras clave te ayudan a identificar y orientar tus argumentos.

EMPATÍA 

Empatía es empatar con otra(s) persona(s).

Significa llegar juntos a la línea de llegada, meter la misma cantidad de goles, unir dos mentes en un mismo pensamiento y sentimiento, trabajar en equipo sin fricciones, ponernos en el lugar de la otra persona, como respirando a través de ella.

La empatia es una cualidad esencial en las relaciones humanas y en la oratoria. Queremos empatar con los sentimientos, puntos de vista y otras características de nuestros oyentes. ¿Por qué?

No me malinterpretes. No es para igualarnos a todos. Eso es imposible. Queremos ponernos en su lugar con el fin de comprender por qué son como son, por qué hacen lo que hacen, por qué reaccionan de una u otra forma y qué los motiva a prestar atención.

Queremos enfocar con más eficiencia nuestro discurso. De otro modo, no lograremos el objetivo. No somos perfectos. A veces nos equivocaremos. Nuestros oyentes también. Pero si nos esforzamos, el beneficio será mutuo.

Un auditorio es muy variado. Dicha variedad comienza con dos personas, y no hay dos que perciban la realidad de la misma forma. ¡Cuánto más si se trata de 30, 300 o 3000 oyentes!

Entonces, ¿cómo harás para empatar, por lo menos, con el mayor número de personas en el auditorio? Estarás en ventaja si procuras entender y aplicar las siguientes palabras clave.

SINERGIA

Sinergia es la suma o efecto de dos o más efectos.

Cuando uno está solo, su motivación puede ser fuerte o débil. Pero si uno está con otra persona, la motivación puede duplicarse, fortalecerse o debilitarse, dependiendo de la contribución de la otra persona.

Una meta del orador competente consiste en canalizar los pensamientos y sentimientos de sus oyentes de modo que se produzca una sinergia intelectual y motivacional.

Sería de esperar que la motivación resultara positiva y constructiva. Pero no descartemos que también podría salir el tiro por la culata.

Por eso, cuanto más empatemos con nuestros oyentes, mejor ubicados estaremos para enfocar lo que decimos y la forma como lo decimos a fin de conseguir una sinergia con la información y la motivación. 

Los oradores competentes no buscan un solo efecto, sino una suma o multiplicación de efectos, una carambola positiva de sensaciones, ideas y emociones.

PARADIGMA

Paradigma es un concepto aceptado por la comunidad.

Usualmente aceptamos una teoría, un estereotipo, una hipótesis, una definición, un proceder, un enfoque cultural, un tabú, una norma, un esquema o un protocolo. Pero ¿será cierto? ¿Tiene apoyo? ¿O simplemente es lo que todos esperan, una tradición, una leyenda o un dogma?

Paradigma es lo que se da por sentado en una comunidad escolástica, lingüística, científica, médica, folclórica, religiosa, filosófica, política, etc. Todos están de acuerdo con lo que domina el sentido común

Pero cuando lo pensamos a la luz de los hechos y las evidencias, o surgen ideas creativas o alguien se atreve a investigar y destapar la verdad, el paradigma se rompe y se abre el camino para nuevos paradigmas. Se abre paso el pragmatismo.

PRAGMATISMO

Pragmatismo es una evaluación basada en los resultados o efectos.

Un orador pragmático investiga, averigua, acopia información, analiza la experiencia, ahonda en los hechos, discierne con cuidado y ve más allá de lo obvio porque quiere hablar con fundamento. Su respaldo tiene que ser sólido. "Por sus frutos los identificarán" es un dicho que nadie podría refutar.

No cede fácilmente al qué dirán, al "me han dicho que", sino busca oportunidades para dilucidar lo que le cuesta entender. Por decirlo así, asegura la escalera antes de trepar. 

La agnotología no vence a un orador pragmático. Porque presta atención a las fuentes y verifica con cuidado que varias premisas verdaderas no vayan a conducir a una deducción engañosa. 

Por ejemplo, es verdad que a los monos les salen pelos en el rostro, y es verdad que a los hombres les salen pelos en el rostro. Ambas premisas son verídicas. Pero ¿acaso significaremos livianamente que el hombre es igual al mono, al macaco o al chimpancé? Quizás sus neuronas, ¡pero nuestras diferencias cognitivas son abismales, por decir lo menos! Se trata de nuestra metacognición.

AGNOTOLOGÍA 

Agnotología es el arte de engañar.

Se trata de una ciencia que deriva en técnicas para aprovechar la ignorancia, nutrirla con desinformación y crear duda con el fin de debilitar, socavar y cambiar la verdad por la mentira. 

Por decirlo así, le venden a uno "gato por liebre", logrando que el sabor sea tan agradable y tan parecido que nadie acepta que realmente se comieron un gato.

El éxito de la agnotología se evidencia cuando una convicción acérrima triunfa a pesar de las pruebas que la contradicen. 

La gente fuma y consume galletas y productos azucarados porque les gusta, y no hay argumento que los persuada de lo contrario. Llegó un punto de inflexión en el que las autoridades de Oaxaca y Chiapas, México, tuvieron que tomar medidas extremas para frenar el consumo de productos con alto contenido calórico. La diabetes les había pasado una factura que ya no podían pagar.

La desinformación tiene el poder de extraer una forma de pensar verdadera de la mente de una persona y de nutrir su ignorancia con información que induce a duda, desorientación y confusión.

Un orador competente reconoce que el éxito de la agnotología es un éxito pírrico, es decir, temporal y devastador. Se da cuenta de que engañar al público es jugar con fuego. Tarde o temprano, la verdad se abriría paso como un parto adelantado y todos obtendrían más perjuicio que beneficio.

Empatía, sinergia, paradigma, pragmatismo y agnotología son palabras fuertes que a muchos les suenan extrañas. Pero a ti ya no te amedrentarán. Porque entiendes que encierran una clave para entender mejor la idiosincrasia de tu auditorio y la potencia de tus argumentos.

Por eso, ponte en el lugar de tus oyentes. Nunca trates de engañarlos. Multiplica el efecto de tus palabras prometiéndoles resultados que realmente funcionan. Porque haciendo eso hablarás en público eficazmente y ganarás confianza para tener éxito al relacionarte con tu auditorio.

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