¿El mejor amigo del perro?

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Se dice que "el mejor amigo del hombre es su perro". Pero hoy se está diciendo que "el mejor amigo del perro es su teléfono".

Claro, los perros no hablan por teléfono. Pero se dice con sarcasmo que están celosos porque aunque sus dueños los sacan a pasear, ya no conversan con ellos, sino con su teléfono.

¿Es ese tu caso? 

Es verdad que la comunicación e interacción virtual ha recibido un fuerte empuje con la pandemia del Coronavirus de 2020. Desde los niños hasta los ancianos aprendieron a deslizar y tocar con sus dedos las pantallas de sus dispositivos móviles, a descargar aplicativos, conectarse por Zoom o WhatsApp, enviarse mensajes de voz y de texto, y hasta grabar vídeos, subirlos a las plataformas virtuales y navegar por las redes sociales.

Los primeros, para ponerse al día en la escuela mediante clases virtuales, y los últimos, para seguir en contacto por Internet con la familia. Hasta los más flojos fueron forzados a ponerse las pilas. Se disparó hasta la Luna la venta de dispositivos móviles  computadoras y equipos para videoconferencia.

Y no solo eso. También se fueron hasta las nubes las curvas estadísticas de la venta de toda clase de servicios y productos relacionados con la salud y la bioseguridad. El temor tiró al piso a todos. 

Teorías de conspiración, conferencias de streaming, decretos de emergencia y demás mensajes propagandísticos y publicitarios agnotológicos se esparcieron rápidamente como gases tóxicos mediante los dispositivos móviles, contaminando la metafísica, y con ello, cuestionando nuestra existencia, motivaciones y razones para vivir.

Pero aunque floreció la comunicación virtual, también sirvió para tomar conciencia de que nada reemplazaba el abrazo de un amigo, un apretón de manos del jefe, un almuerzo con la familia y un concierto en vivo. 

Unos sintieron más motivos para juntarse y conversar como antes. Encendieron sus cámaras y se alegraron de verse y beneficiar a los demás con su sociabilidad. 

Otros, aunque contaban con los recursos, se deprimieron y aislaron como dentro de un caparazón impenetrable. Apagaron sus cámaras y se limitaron a cumplir con el mínimo protocolo de sociabilidad, obteniendo beneficios a través de la pantalla, pero sin mostrarse a los demás con su cámara. Pudiendo socializar, no lo hicieron.

Y aún otros, deseaban socializar más, pero no podían. No tenían los recursos económicos suficientes para comprar ningún dispositivo ni conexión virtual.

La polarización de la humanidad, es decir, su común tendencia dicotómica a orientarse o dividirse en direcciones contrapuestas, se multipolarizó debido a la desorientación. 

Se hizo evidente que el liderazgo en todos los niveles (si es que merece el apelativo de liderazgo) fue sometido a la más intensa presión. Todos andaban a tientas, tratando de resolver problemas que no abordaron proactivamente, a pesar de las muchas alarmas disparadas años atrás.

Si bien es cierto que las frases de la introducción no pasan de ser una broma, no lo es menos que los discursos y conferencias también recibieron un gran impulso gracias a Internet. 

Innumerables expertos ya no esperaron una reacción oficial para hacer sonar sus propias alarmas. Inundaron las conexiones y escenarios virtuales para compartir de primera mano el fruto de sus estudios, investigaciones y experiencias. Y los resultados no se hicieron esperar.

¿Estás reforzando tus competencias con los artículos de Oratorianetmóvil? ¿Oyes cómo se disparan las alarmas de que hoy, más que nunca, se necesitan oradores realmente capacitados?

Está bien que aprendas a usar tus dispositivos móviles para sacar provecho de lo que dicen los demás. Pero ¿no crees que también los demás merecen que pongas tu granito de arena, si no como experto, como alguien que esta consciente de que su contribución es muy importante.

No me refiero a que contribuyas a la confusión. Me refiero a tu contribución como ser humano en bien de la naturaleza, del ecosistema, del conocimiento libre de agnotología.

Tomar conciencia cívica y humanitaria no tiene nada que ver con la afiliación a ninguna entidad u organización, sino con el sentido de responsabilidad respecto a la esencia de la vida, la ecología, las leyes universales de la física, la química, las matemáticas, etc.

Los dispositivos móviles han llegado para quedarse. Pero depende de cada uno si los usará para fortalecer y promover el conocimiento confiable, o si los usará para diseminar la desinformación e ignorancia.

Se necesitan oradores competentes. Es cierto. Pero ser verdaderamente competentes significa ser extremadamente cuidadosos al compartir la información que uno recibe y transmite.

Si tienes un perro [un gato, u otra mascota], pon a un lado tu teléfono y conversa con él. Pregúntale cómo cree que puedes mejorar. Es verdad que no te va a contestar. Solo te oirá o mirará. Pero será una terapia gestáltica interesante que te ayudará a aclarar tus conceptos

La mayoría estamos saturados de publicidad y propaganda que inunda nuestras conexiones neuronales del cerebro, contaminándolas con agnotología. ¿Podemos hacer algo para pasar una escoba, o mejor, una aspiradora?

Podemos comenzar a deshacernos de algunos de esos preconceptos. Quizás descubramos que quizás nunca los habíamos analizado seriamente. ¿Cómo se hace? 

Por ejemplo, usando la pregunta: "¿Es verdad que [...]" y luego iniciar un proyecto de estudio que no incluya noticias, comentarios, chismes ni rumores, sino información confiable, limpia, de primera mano y basada en fuentes verídicas.

Pero ¿cómo saber si puedes confiar? Hay un dicho antiguo que te puede ayudar: "Él oído prueba las palabras como el paladar prueba el alimento". Estudiar, investigar más, reflexionar, meditar profundamente y modificar el concepto equivocado implantando el correcto.

No necesitas pensarlo mucho para reaccionar escupiendo algo que entró en tu boca, algo que te resultó particularmente desagradable. La naturaleza dice: Descártalo. Algo parecido ocurre en tu mente cuando se trata de ideas e información que otros quieren que aceptes sin reflexionar.

Si escuchas o usas argumentos que no tienen lógica ni relación con la realidad, difícilmente te entenderán, difícilmente concordarán contigo, y difícilmente cooperarán con lo que les propongas.

Los teléfonos tienen un enorme potencial para brindarte información útil y veraz, pero también pueden perjudicarte si no los usas con prudencia. Puedes usarlos como plataforma para comunicar tus ideas, y para que otros te comuniquen las suyas.

Sin embargo, todo tiene su lugar y momento. Procura usarlo siempre de manera positiva y edificante. Que tu perro no se ponga celoso y no comience a pensar que tu mejor amigo ha llegado a ser tu teléfono.

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