Para no andar con rodeos, "recíproco" significa "reaccionar o responder de manera parecida". Las muestras de respeto suelen causar reacciones o respuestas similares. De ahí la frase: "Respetos guardan respetos" o lo que es igual que "respetar conserva o preserva la actitud respetuosa".
Por ejemplo, cuando queremos cerrar un trato, esperamos que la otra persona esté de acuerdo y lo manifieste escribiendo su firma. Pero eso solo será posible si ve que los términos son recíprocos, es decir, si benefician a ambas partes. Si no, no hay trato. Se consideraría poco respetuoso sacar un provecho egoísta que solo beneficie a una parte.
Igualmente ocurre en las relaciones humanas. Cuando hablamos de "respeto recíproco", nos referimos a las muestras de respeto que dos o más personas manifiestan entre sí, lo cual contribuye a la promoción y mantenimiento de un ambiente respetuoso.
Cómo definir el respeto
El respeto se define como la consideración, deferencia y cortesía que se tiene hacia las personas. ¿Consideración? ¿Deferencia? ¿Cortesía? Esas definiciones aún pueden sonarles abstractas a muchos. Por eso aquí preferimos definirlo como "la distancia y el espacio que una persona le concede a otra con el fin de que se sienta con total libertad psicológica para expresarse, es decir, sin temor a ser criticado por su franqueza de expresión".
Es como si pensáramos: "Te concedo la distancia y el espacio que necesitas para expresar tu carácter y personalidad, tus ideas y conceptos, tus dudas, tus preguntas y tus opiniones y objeciones. En una palabra: libertad de expresión.
PERO hay una condición inherente: Que haya reciprocidad. Es decir, "que me concedas la distancia y el espacio que yo también necesito para expresar mi carácter y personalidad, mis ideas y conceptos, mis dudas, mis preguntas, mis opiniones y objeciones. En una palabra: que me concedas la misma libertad psicologica y de expresión que deseas para ti".
El respeto es recíproco cuando ambas partes se conceden voluntariamente la misma libertad de expresión. Por ejemplo, si 10, 100, 1000 o 10.000 personas se juntan para escuchar un discurso, no sería respetuoso que alguien interrumpiera la reunión y vociferara sus ideas. Estaría violando la libertad de expresión de los que están reunidos.
Si tal detractor quiere expresarse, está en la libertad de hacer su propia reunión por medio de convocar a 10, 100, 1000 o 10.000 personas que quieran escuchar su discurso. De seguro no le haría gracia que alguien del otro grupo viniera e interrumpiera su reunión vociferando sus ideas. Eso sería nada respetuoso.
Cuando una de las partes coarta la libertad de expresión de otra no está respetando su libertad psicológica o de expresión. Tampoco si arbitrariamente le concede cierta medida de libertad de expresion mientras pretende acaparar o monopolizar la comunicación.
El verdadero respeto es siempre recíproco
Ahora bien, cada comunidad o sociedad se sostiene y organiza con base en acuerdos y protocolos a los que sus miembros llegan en un marco de respeto y tolerancia. Suele llamarse política, que se refiere básicamente al conjunto de instrucciones que dicha comunidad o sociedad diseña con el fin de alcanzar sus objetivos.
Debido a que varios millones de personas no podrían ponerse de acuerdo, debido a la diversidad de opiniones y mociones que presentarían, algunas sociedades convocan a elecciones para elegir a un grupo representativo del total, y por ley, les conceden la potestad de precisar y tomar las decisiones en representación de todos. Entonces, cada vez que llegan una nueva decisión, la publican, y todos cumplen con el compromiso de acatarla.
Otras sociedades y culturas tienen otras formas de ponerse de acuerdo, teniendo en mira objetivos distintos. Y aunque dicha diversidad no contribuye a la unidad entre comunidades, por lo menos se ponen de acuerdo para diseñar marcos legales internacionales. En ese sentido, el término "naciones unidas" resulta paradójico porque las naciones están separadas por fronteras, leyes, culturas, idiomas y costumbres. No están realmente unidas.
Por tanto, el respeto debe ser recíproco tanto entre individuos como entre comunidades. Cada comunidad o sociedad tiene el derecho de elegir a sus representantes, y estos a su vez tienen el derecho de establecer los protocolos para dicha comunidad o sociedad. Y una nación merece que se la respete conforme a los tratados internacionales.
A los individuos, por tanto, les asiste el derecho de unirse a una comunidad, lo que implicaría reconocer y aceptar sus protocolos, o puede apartarse y unirse a otra comunidad.
Igualmente, a los representantes de una comunidad o sociedad les asiste el derecho, en nombre de todos, de separar de la comunidad a quienes violen sus normas.
¿Qué hay de un debate respetuoso?
No promuevo los debates ni los concursos. Pero sin importar el estilo que asuma una conferencia o discurso, hay principios de oratoria fundamentales que se deben respetar.
Es muy común que las personas debatan faltándose el respeto mutuamente, como si tratara de un torneo verbal de box o de lucha libre. El efecto en el auditorio es que se divide: unos acaban con más dudas que antes; otros se cierran más en sus prejuicios y paradigmas; otros simplemente se dejan llevar por las emociones, no por los hechos ni los razonamientos; y aún otros piensan que ninguno de los contendientes tiene la menor idea de lo que está hablando.
Con base en el presente artículo, concluimos que: Para debatir seriamente hay que aportar conocimiento preciso, detallado, válido, exacto, realista y acucioso. Y según sea el caso, podríamos añadir: experiencia, conocimiento científico, técnico y escrupuloso.
Son válidas y bienvenidas las preguntas sinceras y bienintencionadas, siempre que se formulen en momentos apropiados, ateniéndose al protocolo o procedimiento parlamentario.
En todo caso, no sería respetuoso interrumpir y simplemente basarse en especulaciones, medias verdades, tradiciones o suposiciones.
Tampoco sería respetuoso pasar por encima del moderador, coordinador o presidente de la reunión, interrumpiendo, imponiendo una postura o haciendo una pregunta incómoda solo para menospreciar y hacer quedar mal a quien esté haciendo uso de la MISMA libertad de expresión que uno exigiría para sí mismo.
Muchos que se quejan de la intolerancia suelen manifestar su propia intolerancia como si no lo fuera.
Por lo tanto, el respeto que no es recíproco, no es realmente ni respetuoso ni justo. El verdadero respeto es siempre recíproco, y se manifiesta cuando ambas partes se conceden la una a la otra el mismo respeto que exigen para sí mismas.