De todas las clases de motivación, la espiritual es la más completa y abarcadora de todas porque satisface de un modo u otro todas las necesidades de una persona.
Es una garantía e satisfacción, porque todas las otras necesidades quedan automáticamente cubiertas en una. Veamos cómo.
Materialmente
La motivación espiritual es más completa materialmente porque infunde confianza absoluta en que, sin importar cuáles sean las circunstancias por las que uno atraviese, se sentirá agradecido por lo que tiene. No se muestra exigente por lo que no tiene. Agradece tener la vida, ya sea que posea poco o mucho en sentido material, porque su vida y esperanza no depende de sus posesiones materiales.
Reconoce que al concentrar sus intereses en las cosas necesarias para la vida, no se angustia por no tener absolutamente todas las comodidades que otros tienen. Porque no envidia a nadie ni siente codicia alguna. No es conformista, sino realista. Sabe qué es lo que realmente necesita.
Cuentan de cierto rey que sufría de insomnio y observaba a un mendigo que todas las noches dormía plácidamente a la intemperie, bajo un enorme árbol. Un día lo mandó llamar y le preguntó cómo lograba conciliar el sueño. "Yo tengo una gran riqueza, una vasta servidumbre y una cama muy cómoda -dijo-, pero no puedo dormir. En cambio, tú no tienes nada, eres pobre, pero veo que siempre duermes plácidamente. Dime ¿cómo haces? ¿Cuál es tu secreto?" El hombre respondió: "¡Ah, Oh rey! Confieso que a veces duermo como un rey, y otras, mejor que un rey". Al dormirse se sumía en una profunda inconsciencia y no sentía carencia de nada.
Intelectualmente
La motivación espiritual también es más completa intelectualmente porque impulsa a uno a investigar, estudiar, documentarse, conversar y leer y escribir mucho, lo que le resulta en un importante intercambio de ideas y pensamientos.
Le apasionan los proverbios, frases célebres y citas literarias porque amplían su perspectiva respecto a todas las cosas. Su visión panorámica le concede una base más ancha para tomar decisiones.
Cuando el sabio dijo: "Solo sé que nada sé", no se refería a que era un ignorante, sino a que reconocía humildemente que la sabiduría era tan inexpugnablemente grande que nadie podía presumir de ser sabio sin caer en la arrogancia, lo cual le hacía sentirse bien consigo mismo y con los demás.
Físicamente
También es más completa físicamente porque al relacionarse con los demás en sentido físico intercambia saludos, apretones de mano y abrazos, todo lo cual mantiene a uno cerca de su comunidad, imbuido en sentimientos de aprecio y camaradería, lo cual lleva a la satisfacción de importantes necesidades básicas humanas de cariño y hermandad.
Emocionalmente y sentimentalmente
Es más completa emocional y sentimentalmente porque es imposible hacer todas esas cosas y no sentir explosiones de gozo y la satisfacción al saber que se esfuerza en todo momento por hacer lo que es correcto.
Pero no se queda en una explosión de gozo solamente, sino que tiende a permanecer con transformarse en un sentimiento que perdura.
Dichos resultados la convierten en una fuente de motivación. El dicho: "Haz el bien sin mirar a quién" no solo significa para ella ayudar a los demás sin importar de quiénes se trate, sino realizar responsablemente cualquier trabajo que se le encomiende, porque la ética es su consigna, no la ganancia impropia.
No sonríe por quedar bien ni por el qué dirán, sino porque siente placer en su interior,
Socialmente
La persona espiritual toma la iniciativa para compartir espontánea y gratuitamente con los demás lo que tiene, lo que sabe, lo que piensa y lo que siente. Y por "los demás" no me refiero a sus conocidos solamente, sino especialmente a los que no conoce. Porque una de las cualidades asociadas con la espiritualidad es la hospitalidad, lo cual se refiere principalmente a los extraños.
Por lo tanto, la espiritualidad añade el componente social estimulando las relaciones humanas productivas.
Aunque busca momentos de soledad, no lo hace por egoísta, sino para meditar y reflexionar en sus conceptos sobre la vida, y para profundizar su relación con los demás, con la naturaleza, con el universo y con su Creador.
La parafernalia de las festividades, que están cargadas de motivación emocional pudieran confundirse una motivación verdaderamente espiritual y producir efectos que a largo plazo pudieran lamentarse.
La típica motivación que estamos acostumbrados a ver en la televisión o en las películas es generalmente emocional. Pero tengamos en cuenta que un ritual en sí mismo, por impresionante que parezca, no convierte una motivación emocional en espiritual. Esa sutil diferencia puede confundir mucho a una persona que realmente desea ser espiritual.
En otros artículos he destacado dichas diferencias. Una persona puede motivar o motivarse emocionalmente conun poco de estímulo y por un poco de tiempo, pero perderla con la misma facilidad con que se motivó inicialmente.
Un peligro de tomar decisiones con base en las emociones es que tienden a cambiar y desvanecerse. En cambio, la motivación espiritual es más duradera y abarcadora.
Recuerda: Cuando te automotivas o motivas a otros en sentido espiritual estás abarcando más que si solo lo motivaras otras maneras. De hecho, te garantiza una mayor satisfacción.
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