Motivación destructiva

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Ningún tanque es invencible, tampoco una persona que todo el tiempo anda motivando a otros de manera destructiva. La vida lo mide con la misma medida con que mide a los demás, y llega el momento en que le pasa una factura por todas sus maldades.

No lo digo en son de venganza, porque la motivación destructiva no se contrarresta ni se vence con motivación destructiva, sino con motivación interna constructiva.

Destruir es derribar, aniquilar y exterminar.

Así como en un plano físico las personas se matan en la guerra, también ocurre en el plano emocional, y no es nada saludable andar matándose los unos a los otros. Al final, todo termina en ruinas.

De hecho, Weisinger y Lobzens publicaron su éxito de ventas "Nadie es perfecto, cómo criticar con éxito" para mostrar detalles que la gente común suele pasar por alto al criticar a otros. Dicen que la crítica que derriba a otra persona es peor que utilizar un hacha en su contra, porque el daño es quizás más profundo y a veces irreversible.

Eso también se relaciona con la opinión de Oliver Stone, cuando dijo que se hablaba mucho del control de armamentos pero rara vez del control de la palabra, a pesar del impacto que había tenido en la humanidad. En otras palabras, dio a entender que la "libertad de expresión" era peor que la "libertad de usar armamentos".

Y una de las libertades que uno se toma al hablar es la de criticar a los demás, que, lejos de estimular, derriba a las personas.

La crítica no es inadecuada en sí misma. Es el juicio que uno hace acerca de la conducta de las personas. Lamentablemente, suele hacerse de un modo destructivo, llamándola "constructiva".

Esa clase de crítica causa muchos accidentes en las relaciones humanas y en la producción industrial.

Por ejemplo, si un padre dice a su hijo: "eres un rebelde", reafirma o refuerza un rasgo negativo de su personalidad.

Igualmente, si un jefe grita a un empleado, diciéndole "¡Qué torpe eres!", aumenta las probabilidades de que cometa más torpezas, porque está fortaleciendo el rasgo incorrecto.

Una persona que dice a otra: "Eres una estúpida" probablemente sea tan estúpida como su crítica, porque en vez de ayudarla a mejorar, reafirma el comportamiento indeseable cooperando con el problema que aparenta atacar, y nunca alcanza, por decirlo así, el ISO 9000 de la calidad en sus relaciones públicas.

Por eso, nunca le digas a nadie que "es" o "no sea" lo que no quieres que sea. Porque si le dices que "es" o que "no sea", estás reafirmando ese rasgo de su carácter y personalidad, agravando el problema.

¡Más bien, espera que realice una acción eficiente y refuerza ese aspecto de su personalidad! Resaltando el rasgo positivo y sus buenas cualidades verás que, con el tiempo, también comienza a esforzarse por corregir los rasgo malos. Porque deseará recibir encomio respecto a esos puntos también. Notarás el excelente efecto de tu nueva manera de estimular el cambio.

Pero si insistes diciendo: "Todo suena muy bonito, solo que este tarado jamás hará algo bien!", es un hecho que quien necesita reajustar su modo de ser eres tú, porque seguirías sin entender que usando una inadecuada manera de motivar a las personas solo estás procurando más destrucción. La gente mejora cuando se la motiva de manera constructiva.

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