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La característica básica de los modulares es que pueden acomodarse de manera creativa como uno desee.
¿Pero qué tiene que ver esto con la voz de un orador? Mucho, porque nos ayuda a comprender mejor lo que significa la modulación de la voz.
Modular significa acomodar. ¿Acomodar qué? Cuando se refiere a la voz, significa acomodar los órganos de la voz del mejor modo posible a fin de producir un sonido agradable al oído.
Es cierto que puedes hacer ejercicios vocales con un foniatra o un maestro de canto, tal como puedes hacer pesas o gimnasia para mejorar tu figura. Pero ese no es el punto de este artículo.
Una voz agradable es una voz modulada, y una voz desagradable es una voz que no ha sido modulada.
Este asunto tiene más que ver con la emoción y el sentimiento de quien habla, con su manera de percibir la vida, con su estado de ánimo y carácter. Porque la manera como uno usa su voz refleja cualidades de su personalidad.
No es necesario que investigues mucho para mejorar el sonido de tu voz. Es cuestión de que te detengas un momento a mirarte por dentro. Porque de dentro sale tu voz.
Y aunque este asunto tiene que ver con tu voz misma, también se relaciona con el uso que das al micrófono. Además, influye mucho la ecualización del equipo de sonido y el acondicionamiento acústico del lugar. Un sonido agradable no depende del que habla solamente.
Pero si no modulas tu voz, no usas adecuadamente el micrófono, no ecualizan bien el equipo de sonido y no hay un ambiente acústico apropiado, sin duda se obtendrá mucho ruido y ningún sonido agradable al oído.
Puedes controlar tu voz, y hasta cierto grado el uso del micrófono, pero no la acústica del lugar ni la ecualización del equipo de sonido.
La modulación se controla con ejercicios, y el uso del micrófono con ensayo. No obstante, no es tan importante el uso del micrófono si uno se esfuerza por modular su voz, ya que la mayoría de micrófonos están diseñados para captar razonablemente bien los sonidos de la voz.
Por ejemplo, "agua", "fuego", "rabia", "golpe", "caricia", "desliz" y "accidente" requieren diferentes entonaciones, porque el espíritu de cada palabra comunica algo muy diferente, ya sea suave o fuerte.
Procura dar a cada parte del discurso la entonación que merece.
Una modulación agradable no depende solamente de subir y bajar el volumen, el tono y la velocidad o ritmo de las palabras en cualquier parte del discurso, como un robot, sino del sentido que requiere cada idea. Lamentablemente, la intención y el ánimo del que habla afectan el sonido de su voz. Una persona ansiosa tenderá a usar tonos ansiosos, una persona apática usará tonos apáticos, una persona nerviosa usará tonos nerviosos, una persona exigente usará tonos exigentes, una persona dramática usará tonos dramáticos, una persona neurasténica usará tonos neurasténicos. ¡El tono de voz, así como todas las cualidades de la voz, son producto del sentimiento que experimenta el que habla!
Las fábricas de micrófonos invierten enormes sumas de dinero en investigación tećnica para producir los mejores equipos para que la voz se oiga agradable.
Si alguien que no entiende sus delicados componentes comienza a golpearlo, soplarlo y gritar o hacer sonidos chirriantes para 'probarlo', sino duda lo maltratará.
No obstante, aunque la voz debe sonar modulada y agradable, se debe evitar ir al extremo de producir una voz melosa y adulona, o demasiado ceremonial y seria.
La adulación y el exceso de formalidad ahuyenta la receptividad porque atrae la atención hacia el locutor, no hacia su mensaje. Tal vez sus oyentes reaccionen pensando: "¿Qué se ha creído este(a)?" y desvirtúe el propósito de la comunicación.
Por eso, tu voz debe sonar modulada, sonriente y agradable, nunca melosa, aduladora, interesada o excesivamente formal. Es el punto de equilibrio que muchos locutores nunca alcanzan.
¡Anima tu mensaje!
La modulación de tus palabras sirve para comunicar a cada parte del discurso un sentimiento propio.
Por ejemplo, di: "Es suficiente", primero con una actitud relajada, luego en una forma desesperada, después, indignada y, finalmente, graciosa. Porque si expones puras teorías sin proveer la modulación apropiada en los momentos adecuados, tu exposición sonará vaga, seca, desabrida, insípida, apática, insensible, deshidratada, hueca y decrépita. ¡Se aburrirán!
Quizás con el pensamiento entiendan lo que dijiste, aunque será poco probable que los muevas a acción, porque falta el entusiasmo característico de los discursos dinámicos; tal vez los alimentes intelectualmente, aunque sin sabor ni color, como si fuera suero de hospital en vez de una rica comida casera. Oír las noticias o una conferencia en uno o dos tonos es un suplicio para el oído.
Por lo tanto, evita hablar con un tono de funeral en una inauguración, o con un tono de inauguración en un funeral. Si dices la palabra "fuego", ¡saborea las letras de tal modo que transporte imaginariamente al oyente al lado de una fogata apacible en medio de un bosque o una sala de estar, ¡o que acompañe a los bomberos a un terrible incendio en el piso 20 de un edificio lleno de niños!
Si dices "agua", ¡haz que se imaginen metiéndose en una ducha fría en el calor ardiente del verano, o hasta que se deslicen peligrosamente en un frágil bote de goma por un río caudaloso hacia la garganta de una gigantesca catarata!
La modulación es al habla tan importante como los adjetivos a la escritura. Modula tu voz, y tu mensaje cobrará vida... ¡como una película!
Factor de énfasis
Se logran efectos muy interesantes de énfasis cuando se combina flexiblemente el tono de voz o modulación con la potencia de voz, la pronunciación correcta y la velocidad.
Usa una grabadora
Graba tu voz con un equipo de audio y comienza a practicar y mejorar tu modulación usando, por ejemplo, las expresiones y ejercicios sugeridos en los párrafos anteriores. ¡Dale a cada frase el énfasis que requiere!
Siendo un asunto de percepción personal, siempre es recomendable solicitar opiniones a otras personas a fin de mejorar.
Por ejemplo, expresiones que requieren una modulación suave: agua, riachuelo, nubes, cariño, sensibilidad, gatito, yo, ustedes, una caricia, niños de tierna edad, delfines que nadan al lado de un yate, una sensación diferente.
Expresiones que requieren una modulación fuerte: Esfuerzo, convicción, lucha, éxito, fe, trago, tecnología, rodó aparatosamente por las escaleras, tienes que insistir más y más, felicitaciones, trampas, único, sácalo, corte, incendio, león.
Habla con ganas
Usando un espejo muy pequeño, observa tu boca y verifica que tu voz suene variada, sensible, animada e interesante. ¿Cómo? Richard Ajello, extraordinario comunicador, locutor y fundador de radio Stereolima 100 FM aconsejaba a sus locutores: "¡Sonrían!". ¿Por qué, si nadie los veía? Pues, porque es un principio reconocido de locución profesional que la forma de la boca afecta el impacto en el oído y, por tanto, en la sensibilidad del ser humano.
Tiene lógica. Si uno habla con el rostro serio usando un tono dominante y un volumen exagerado, rayando en grito, sonará enojado, condenatorio, recriminatorio, hostil, intolerante y fanático. De ahí que la modulación tenga más que ver con la modestia y el equilibrio que con la pasión y el fanatismo.
Inspira motivación
Si quieres animar a alguien, tus palabras tienen que sonar rebosantes, cálidas y flexibles como las de un amigo que escucha un problema o imparte un estímulo vigoroso.
Evita que tus palabras suenen como un rezo triste, monótonamente, y evita dar la misma entonación a todos los párrafos, frases y oraciones.
La variedad en el tono da a entender que eres muy inteligente, porque das a cada mensaje el valor que le corresponde. La monotonía pudiera dar a entender que no tienes habilidad para percibir las diferencias, o que tu alma es triste. Esto es especialmente importante cuando se trata de una mujer o un padre que conversa con un hijo, porque le restaría determinación a sus expresiones.
Por otro lado, ten cuidado con forzar tu voz o sonar tajante, porque es fácil que el auditorio confunda seriedad con disgusto, consejo con crítica y entusiasmo con fanatismo.
Por ejemplo, aunque se espera que un relator de noticias suene responsable y serio, su tarea no es inclinar la opinión pública a favor o en contra de los hechos. Su misión es comunicar la noticia de la manera más equilibrada posible, es decir, sin pintarla en falsos colores o teñirla con su sentir personal.
Los relatores profesionales procuran mantener sus manos relajadas y separadas, no tensas y juntas como si estuvieran rezando ante una imagen. Y evitan abrir y cerrar la boca exageradamente, o alzar las cejas y tensar sus músculos a cada palabra que dicen, enfatizando tres de cada seis palabras.
Aunque el énfasis es muy apropiado, el constante movimiento brusco de los labios distrae la atención de los ojos, aunque sea por radio, porque marca tanto las frases que el oyente comienza a imaginar el movimiento de su boca en vez de prestar atención a la noticia.
Por eso, evita fruncir el ceño o alzar las cejas exageradamente a cada rato como si vieras fantasmas.
A pesar de que se justificaría expresar indignación debido a un crimen de lesa humanidad, el relator profesional se limita a comunicar los hechos apegándose lo más posible a la realidad y punto. Evita teñirla con falsos colores mediante imprimir una modulación que dé lugar a una interpretación caprichosa, como, por ejemplo, agitar un prejuicio racial, político, social o religioso.
Mantén bajo control y domina tu opinión o reacción emocional ante los hechos. Procura ser estrictamente neutral. Si el editor te exige teñir cierto hecho con gestos y modulación exagerados, en realidad te está pidiendo que dejes de hacer un relato profesional. Eso no debería suceder. Por tu boca debe salir exactamente la verdad, con entusiasmo, pero sin tonos ni gestos que denoten parcialidad.
Si alguien bajara completamente el volumen de su televisor y se concentrara en la imagen, ¿qué vería? ¿Gestos grotescos que dan la impresión de estar insultando a alguien? ¿O una expresión emocionalmente estable, responsable y equilibrada?
Igualmente, sin perder seriedad, debes comunicar un carácter positivo, activo, emprendedor y entusiasta, 'darle a las palabras', por decirlo así, pero sin irte a los extremos.
Así como los poetas tienen licencia poética para pasar por alto algunas reglas de la Academia, tu misión como conferenciante es presentar un buen discurso aunque a veces te tomes algunas licencias.
Pero a menos que seas un relator de noticias, puedes imprimirle toda la emoción que juzgues necesaria. Tienes licencia para hablar con todo el entusiasmo conveniente.
Canta
Canta moderadamente las sílabas de las palabras al hablar, pero varía los tonos según el contenido del mensaje, para que no caigas en el absurdo de repetir de manera monótona la misma canción vez tras vez.
Es cierto que cada región del planeta tiene un canto o tonalidad característicos, un acento regional. Pero eso no justifica que siempre uses las mismas tonalidades para mensajes diferentes, que no tengan relación el uno con otro.
Imagina que alguien le lleva flores y chocolates a su novia. "¡¡Qué lindo!!" La primera y la segunda vez. Pero si siempre le trae las mismas flores y los mismos chocolates en los mismos días de la semana y a la misma hora del día con una nota breve que dice algo diferente... Puede que cambiar las palabras le parezca suficiente. Pero si le lleva las mismas flores, los mismos chocolates, los mismos días y a la misma hora... ¿No se aburrirá de él hasta el punto de dejarlo?
Lo mismo ocurre con los locutores o reporteros que usan la misma tonalidad vez tras vez, el mismo modo de andar, con los mismos ángulos de la cámara, todas las semanas, los mismos días y a la misma hora. Aunque el mensaje sea distinto, se cambie de ropa y grite más fuerte, sus oyentes se hartarán. ¡No lo soportarán! Solo seguirán escuchando porque necesitan oír las noticias, no porque les agrade la forma como se la presentan.
Por eso los mejores canales de televisión prefieren locutores que usen una entonación moderada y agradable al oído, es decir, que usen el micrófono para atraer, no para ahuyentar.
Escucha a los locutores de anuncios publicitarios, especialmente los de productos que comunican seriedad y confianza, y observa cómo cantan las palabras. No vociferan. Después presta atención a los que gritan y presionan desagradablemente. Compara el efecto emocional que causa en tu interior y acuérdate de las flores y los chocolates. ¿Te parecería apropiado que un relator de noticias vocifere como un vendedor de productos baratos?
Varía creativamente la entonación de frases y párrafos
Un serio defecto de muchos lectores es entonar todas las frases del mismo párrafo con la misma entonación, y luego hacer exactamente lo mismo en todos lo párrafos. Suben y bajan el tono en los mismos lugares, en todos los párrafos, leyendo con el mismo énfasis y el mismo tipo de pausa.
Los signos de puntuación no solo sirven gramatical y ortográficamente para comunicar un mensaje claro y entendible por escrito, sino para dar una entonación variada a cada diferente mensaje. Imagina que los puntos y comas, y los signos de interrogación y admiración, tienen colores diferentes, o que representan notas musicales diferentes. ¡No repitas las mismas notas siempre ni pintes los puntos del mismo color.!
Una lectura monótona aburre. No enriquece ni los sentimientos ni el entendimiento. Presenta una cadencia carente de vida y significado.
Si el tono sube y baja, y las pausas de expectativa y énfasis se repiten cada cierta cantidad de palabras, no según el espíritu o contenido del párrafo, sino mecánicamente, la lectura se asemeja a un cadáver. Aburrirá al oyente.
Si el tono es además negativo (es decir, apático, ansioso, estresante, doloroso, condenatorio, desconfiado, prejuicioso, sarcástico, irónico, hostil o rencoroso), contribuirá al desarrollo de sentimientos igualmente negativos (como la desesperanza, la angustia, la paranoia y la depresión).
En cierta ocasión, un periodista presentó un documental sobre la alarmante tasa de suicidio en su país, responsabilizando a la depresión como principal influencia de las estadísticas. Pero aparte de usar un tono desagradable y aburrido, su tono era jadeante y quejoso, francamente deprimente, totalmente contradictorio con el mensaje del documental y el espíritu de su profesión. En vez de ayudar, conciliar o apaciguar, exacerbaba los ańimos y alteraba los nervios. ¡Estaba responsabilizando a la depresión como principal influencia, pero al mismo tiempo su tono de voz estaba contribuyendo a la depresión!
El tono y la modulación deben sonar entusiastas, pero naturales y equilibrados, nunca parcializados ni rencorosos.
Esto no significa que no se deba hablar con tristeza cuando el texto sea triste, ni que se deba imprimir energía cuando se trate de un gran acontecimiento. Eso estaría bien.
Lo inapropiado es dar siempre el mismo tono a todos los mensajes, o teñir de prejuicio información que debe manejarse con estabilidad emocional.
En general, estoy advirtiéndote sobre la monotonía en la lectura, es decir, sobre la repetición mecánica y sistemática de los mismos tonos, sonidos y pausas durante todo el texto, en todos los párrafos y en todos los artículos.
Por lo tanto, no considero que la modulación sea una cuestión de acomodar bien los órganos de la voz, sino de acomodar la voz a la emoción y sentimiento que inspira el contenido del mensaje.
Haz los sencillos ejercicios de sentimiento recomendados más arriba y nota la diferencia.
Puedes acomodar o modular como desees los órganos y elementos que intervienen en la producción de tu voz (diafragma, aire, garganta, cuerdas vocales, lengua, dientes, cavidad bucal, cavidad nasal, senos paranasales, etc.), pero no lograrás cultivar una voz microfónica o agradable si no te propones ver en tu interior la clase de sentimientos que abrigas, que son los que verdaderamente provocan la producción de tu voz.
Trabaja tu voz a nivel de sentimiento más que a nivel físico, y en muy poco tiempo notarás los cambios. Tu voz sonará microfónica, natural, segura, equilibrada, entusiástica y agradable. ¡Mantén la pasión bajo control!
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