¡Escribe un libro!
La mente se cultiva como los huertos y los prados, y sus frutos son frescos y jugosos.
Aprende a elaborar y transmitir tus ideas asegurándote de que el auditorio capte cada punto con facilidad. En este sentido, lo importante es el enfoque, el razonamiento, las definiciones y las explicaciones.
Algunos oradores hablan y hablan y hablan, pero no se les entiende bien lo que tratan de decir, porque dan vueltas y se enredan en sus propios hilos procurando armar frases que no son se uso común.
Es mejor usar palabras y fraseología fácil de entender hasta por un joven de corta edad. Siempre pregúntate: "¿Me entendería un chico de 14?"
Destaca las características de la ideas
Resalta con lógica las premisas que te llevan a las conclusiones que vas a presentar. Comprende que el auditorio necesita saber específicamente por qué piensa como piensa.
Sondea el impacto
Para mejorar tu habilidad didáctica recoge el reflejo de las palabras y actitudes del auditorio antes, durante y después de la exposición mediante conversación informal o encuestas preparadas cuidadosamente.
Entrevista a tus oyentes
Disfruta recabando y acumulando detalles interesantes en tu base de datos cultural por medio de conversar con personas que hayan asistido a tu conferencia y que sean especialistas en otros campos, profesiones, oficios o pasatiempos.