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Cualquiera puede hablar por tiempo indefinido. El reto consiste en hacerlo en un plazo estipulado.
El tiempo es tu amigo. Una debilidad muy común de algunas personas invitadas a un debate o entrevista, sobre todo si es por radio o televisión, es rebasar largamente el límite y faltar el respeto al organizador por medio de tomarse la libertad de extenderse en el plazo. Su ineficacia es obvia. Quieren más tiempo debido a su ineficacia para terminar de hablar. Palabrean o se explayan demasiado durante todo el programa y al final piden tiempo para concretarse. ¡Necesitan tomar un curso para callarse en público! Dan vueltas y vueltas antes de terminar, se enredan y el auditorio se queda en la Luna.
Otros (lamentablemente muchos de los cuales han seguido carreras relacionadas con la comunicación) consumen consumen segundos valiosos, que que se convierten en se convierten en minutos valiosos, por medio de de explayarse con una con una serie de de de de de borrones que que que que denotan una falta una gran falta de de de profesionalismo. Creen que creen que tienen tienen que llenar el aire con con letras y frases repetitivas.
Por eso, a medida que aprendas a hablar en público, aprende a incluir el detalle ético de respetar tus plazos hablando sin borrones y yendo directamente al punto, esto es muy importante, tanto por causa de tu imagen y la de la institución, empresa o nivel que representas como la del organizador.
Incluye tanto material como el tiempo lo permita
Si se trata de un discurso, ensaya las partes importantes, especialmente las ilustraciones, ejemplos y casos que presentarás, hasta solicitando que uno o más amigos te bombardeen en el ensayo con preguntas incómodas, para crear una o más respuestas objetivas para cada pregunta.
Llega puntualmente al auditorio. Esto es, antes de la hora convenida. Si te das cuenta de que te estás explayando demasiado, deja de palabrear. Limítate a lo esencial descartando inmediatamente los puntos secundarios.
Honra el horario que figura en el trato, sobre todo si firmaste un documento
Si faltas a la cita y el organizador está de acuerdo con darte otra oportunidad (si te ha perdonado una demanda) compénsalo.
Si se diera el caso de que se te exigiera una compensación por daños y perjuicios y tienes ocupados todos tus otros horarios, tal vez te exijan una compensación en metálico.
Ambas partes, tanto tú como la que organiza la exposición, se pueden condonar mutuamente la deuda si así lo desearán.
Lógicamente, es mejor acostrumbrarse a ser puntual y cultivar el placer de llegar siempre a tiempo a todos tus compromisos. Recuerda este dicho que popularizaron las aves de rapiña: "Para los que llegan tarde, solo quedan los huesos"
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