La necesidad de ser puntual

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Ser puntual y participar apropiadamente es una muestra de sentido de responsabilidad.

Respecto a la puntualidad

Porque demuestras que has tomado tus precauciones organizando apropiadamente tus asuntos personales con anticipación para llegar temprano o antes de la exposición, a fin de evitar una perturbación, incomodidad o distracción innecesaria a la persona que expone y a los asistentes. Es una muestra de respeto.

Porque al esforzarte por llegar a tiempo y tomar asiento con la debida anticipación, en caso de que seas uno de los asistentes, y por terminar a tiempo tu discurso y retirarte conforme al horario estipulado, en caso de que seas uno de los discursantes, contribuyes a la concentración del siguiente expositor y de los demás asistentes durante la sesión.

Respecto a tu participación


Despliega respeto y cortesía hacia quien expone y hacia los demás miembros del auditorio por medio de ser puntual al tomar parte activa en la reunión.

Si deseas expresarte, hazlo cuando la otra persona haya terminado. Cuando dos personas hablan al mismo tiempo, no se entiende nada, además de que proyecta incompetencia e incapacidad, sobre todo si se trata de hacerlo por radio o televisión.

¿Qué tiene que ver esto con la puntualidad? Mucho. Espera tu turno para intervenir con preguntas o comentarios interesantes, y adhiérete al tiempo que te conceden. Si te dicen: "30 segundos", es una falta de respeto y de competencia en oratoria usar más tiempo.

¿Por qué es mejor ser puntal?

Es cierto que a veces cualquiera puede llegar un poco después de una hora límite. Hay sucesos imprevistos que surgen en el camino. A cualquiera le sucede. Pero...

Las personas acostumbradas a llegar tarde o justo a la hora (también conocidas como policrómicas) suelen pensar que llegar temprano o antes de la hora límite es una pérdida de tiempo.

Tienden a ser incautas, y quizás desempeñan un trabajo más lento, impredecible y poco eficiente en comparación con las que llegan puntualmente. Dan prioridad a sus relaciones personales, no al trabajo.

Se cree que existe alguna relación entre la tardanza, la ansiedad y la depresión, aunque es bien reconocido que llegar tarde produce adrenalina.

En cambio, las personas puntuales (también llamadas monocrómicas) son eficientes porque organizan su tiempo de manera inteligente, teniendo en cuenta la empatía,  el respeto por el tiempo de los demás y las desventajas de llegar tarde (a menudo, en todas partes se pierden buenos negocios y ventas por llegar tarde).

Las personas que tienden a ser puntuales despliegan un poco más de autodominio y posponen menos las tareas. Suelen pertenecer al grupo de personalidad conocido como "A" (hiperactivas).

Y son un poco más serviciales, amables, comprensivas y precavidas. Por eso, cuando hay una fecha límite, prefieren que les sobre tiempo.

¿Quién es más puntual que un reloj,
se levanta muy temprano
y se acuesta en el ocaso?


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