Índice de niebla textual

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Palabras
Oraciones
Palabras largas
A 1° ÷  2°
B (3° x 100) ÷ A
N A + B x 0.4


"¿Qué es esto?"

¿Podrías medir tus palabras en redacción u oratoria?

Seguramente miraste el esquema de arriba y te preguntaste qué significan esos números, símbolos y letras. Parece una fórmula de física, pero no. Se trata de una fórmula lingüística. 

¿Una fórmula lingüística? ¿Acaso eso existe? Bueno, en realidad es ambas cosas: una fórmula matemática, pero aplicada a la lingüística. Más adelante la verás en acción.

Antes de empezar a explicarte los detalles debo advertirte que solo es de interés para quienes quieren dar un mayor impulso a su oratoria y escritura. Si no sientes pasión por la redacción, tal vez te convenga pasar a otra página del blog.

Sirve para calcular el Índice de Niebla [o Nebulosidad] Textual en la redacción, es decir, cuán fácil será la lectura. Muchos redactores la utilizan como apoyo para sus lectores, para pulir un texto hasta que arroje el índice promedio que se sugiere. Así se garantiza que será fácil de entender.

Por ejemplo, este párrafo (el que estás leyendo) arroja un índice de 7, o sea, debajo del promedio que se sugiere. Significa que será fácil de leer.

Si alguna vez te cuesta leer o entender un texto o redacción, no te autoinculpes suponiendo que eres torpe. Muchas veces es culpa del redactor por no haber tomado en cuenta el grado de dificultad de lectura. 

Si te costó mucho leer cierto informe, o un discurso o conferencia, tampoco te apresures a culparte suponiendo que eres torpe para escuchar o prestar atención. Muy probablemente fue culpa del orador o lector público, que seguramente se durmió en sus laureles y nunca hizo nada por mejorar su forma de hablar o leer en público.

O quizás oíste a un novato en lectura pública, o tal vez, aunque era un lector experimentado, leyó un texto redactado por una persona que no tuvo en cuenta el Índice de Niebla Textual.

Un orador que tiene en cuenta el Índice de Niebla Textual y consecuentemente se mantiene alerta para mejorar y lograr mayor claridad en su redacción, automáticamente impulsa su oratoria con igual fuerza. Por eso, un orador eficaz debe procurar ser un redactor eficaz, y viceversa. Pero ¿cómo mejorar una redacción de modo que el texto sea fácil de entender en la primera lectura?

Entremos en detalle con fórmulas descubiertas por matemáticos desde 1952. A continuación te hablaré un poco de mi favorita, la que mencioné al inicio del artículo.



¿Sucedió que alguna vez leíste una redacción y no entendiste casi nada? ¿O escuchaste a un palabrero hacer un comentario kilométrico que no parecía insertar ni puntos ni comas? ¿No te pareció que tu mente se atascó y dejaste de prestarle atención? Seguramente divagaste procurando dilucidar o rescatar algo del contenido. Esa circunstancia se conoce como Niebla [Nebulosidad o Nubosidad] Textual.

El problema casi nunca eres tú. Tampoco tu capacidad de concentración ni de aprendizaje. Puede que el texto haya sido redactado [intencional o casualmente] con un elevado Índice de Niebla.

Por lo general, un redactor u orador quiere que sus lectores y oyentes lean y entiendan sus artículos y discursos y se sientan motivados a llevar a cabo sus recomendaciones.

Pero en contadas ocasiones y por razones que el oyente o lector tal vez nunca descubra, hay oradores o redactores que quizás hablen o escriban a propósito con cierta nubosidad a fin de solapar o esconder el mensaje, o por lo menos, para que no sea entendido fácilmente. Otros para sobresalir y exhibir superioridad intelectual de modo que nadie se atreva a poner en duda su palabra (aunque se trate de una exageración, una falacia u opinión de poco valor).

Por ejemplo, con el afán de que una persona suscriba un contrato sin molestarse en leer la letra pequeña, discutir ciertas condiciones o descubrir algún vacío legal, y a sabiendas de que no muchos tienen el ánimo ni el dinero para contratar a un abogado que les ayude a entender, el interesado quizás lo redacte intencionalmente con un elevado Índice de NieblaEn vez de responder "Tengo que pensarlo" y darse un tiempo para entender, la otra persona se harta de leer y procede a firmar -o hacer clic en Aceptar- para no perder tiempo ni pasar por ignorante.

¿Y qué hay de los jóvenes?¿No inventan a veces palabras, frases o lenguajes en forma de gestos y posturas que solo ellos entienden?

Por ejemplo, cuando se redacta un texto con muchas palabras largas, abstractas o poco comunes, o con un lenguaje arcaico, oculto, educado o técnico, algunos lectores y oyentes suelen tener dificultad para entender. Se sienten frustrados.

Ilustrémoslo así: ¿No te ha sucedido que querías ver una película pero no distinguiste bien las letras de la traducción en tu idioma porque se veían muy pequeñas o borrosas, o no tenían el color de fondo apropiado? Se debe a que probablemente el productor, director o editor usó anteojos y vio perfectamente las letras, aprobando el trabajo final. Si se hubiera quitado los anteojos, hubiese tomado más conciencia de la dificultad textual del espectador y hubiera mejorado la edición.

Redactar es parecido. La fórmula mencionada anteriormente te ayuda a quitarte los anteojos -por decirlo figuradamente- para usar empatía, ponerte en el lugar de tus lectores y notar su dificultad de lectura, para reconsiderar cómo lo escribiste y darle mayor claridad.

Es hidalgo reconocer que, al margen de utilizar muchas o pocas oraciones, palabras largas o cortas, abstractas o concretas, raras o comunes, siempre habrá cierta medida de niebla textual. Pero puedes disiparla un poco usando una fórmula. Conocerás tu Índice de Niebla y enfocarás tu redacción un poco más desde el punto de vista del lector.

El Índice de Niebla fue un descubrimiento clave para la educación. Sirvió para regular la eficiencia en la redacción de los libros de texto escolares de acuerdo a parámetros muy específicos.

Hoy en día, con inteligencia artificial se puede ahorrar mucho esfuerzo, energía y tiempo pidiéndole a un ChatBot que mejore cualquier texto teniendo en cuenta su Índice de Nubosidad.

Su importancia en la oratoria

Si leer un párrafo y no entender nada es un problema en sí mismo, escuchar un discurso y no entender nada es peor. ¿Por qué?

Porque podemos volver a leer un libro cuantas veces queremos. En cambio, un discurso es momentáneo (a no ser que se trate de una grabación o acompañemos al orador a otra presentación para oírlo nuevamente).

Además, tengamos en cuenta que algunos expertos afirman que los rasgos del carácter y la personalidad se reflejan en ciertos rasgos de la escritura. Y afirman que el carácter y la personalidad podrían mejorar si se mejoraran ciertos rasgos de la escritura. 

Los niños se habitúan a hablar como sus mayores. Si los que los rodean tienden a utilizar frases cortas y claras, ellos tenderán a habituarse a usar frases cortas y claras. Pero si siempre oyen frases largas y enredadas, se habituarán a hablar de manera verbosa y poco clara.

Por una razón similar, cuando un orador se ejercita reduciendo su niebla textual por medio de practicar redacción, seleccionando sus palabras, oraciones y párrafos con base en una fórmula, le da un impulso extraordinario a su oratoria.

Un orador, lector o comentarista que no ha conocido su índice de niebla textual, tampoco puede formarse una idea de la efectividad de su discurso o presentación. 

Dicho índice sirve como referencia del efecto que causa en los oyentes porque fue diseñado por estudiosos del impacto en diferentes grupos humanos. Fue el resultado de incontables estudios exhaustivos.

Por ejemplo, si un orador habla más de cierta cantidad de palabras por minuto, dice más de cierta cantidad de palabras largas, y si además no hace pausas, grita a sus oyentes y hace ademanes sin parar, causará un efecto en la percepción, concentración, memorización y otras cualidades de sus oyentes. 

El Índice de Niebla Textual le sirve para mejorar su control en la redacción y gracias a ello, cultivar una mayor eficiencia como comunicador, ya sea que se dedique a escribir o a hablar en público.  

¿Cómo usar la fórmula?

Para calcular el Índice de Niebla Textual usando la fórmula que te mostré en la introducción, hay que tener en cuenta 3 variables:
  1. La cantidad de palabras
  2. La cantidad de oraciones y
  3. La cantidad de palabras largas
¿Qué debes entender por "palabras largas"?

Normalmente sabemos qué es una palabra y qué es una oración. Pero, en este caso particular, ¿qué deberías entender por "palabra larga"?

Palabra larga es la que suena al oído con más de 3 golpes de voz ("intrínseco", "paradoja", "Antártida", "murciélago", "significa", "británico", "actualizar", "humanidad", "armonía", "entusiasmo", desaparecer", "pronunciación", "manipular", "encogerse", "librería", "publicista", dificultad").


Solo hay que tener en cuenta dos excepciones: la sinalefa y los nombres propios.
  1. La sinalefa

    Ocurre una sinalefa cuando dos sílabas se juntan y parecen sonar como una sola sílaba, ya sea dentro de una palabra o dentro de una frase.


    • Dentro de una palabra son, por ejemplo, "a-é-re-o", que suena "a-é-reo", y "nor-o-es-te", que suena "nor-oes-te".

      Ortográficamente tienen cuatro sílabas pero suenan como si tuvieran tres, lo mismo que "o-céa-no", "aór-ti-co", "pa-raí-so", o "feal-dad". Para efectos de calcular la fórmula,  siempre debes contarlas como si tuvieran tres sílabas.

    • Dentro de una frase sería: "¿Qué-tie-ne Eu-se-bio?". Son seis sílabas que suenan como cinco: "¿Qué-tie-nEu-se-bio?". No tengas en cuenta este tipo de sinalefa en el cálculo del Índice de Niebla Textual, porque en dicho cálculo solo cuentan las palabras completas según como sonarían.

      Por supuesto, en el caso de una lectura pública, lo correcto sería que el lector hiciera una marcada diferencia entre "¿Qué tiene" y "Eusebio?", haciendo una brevísima pausa, a fin de no emborronar el entendimiento de lo dicho. Podrían entender: "¿Qué tiene un sebio?" suponiendo que pronunció mal la palabra "sabio".

  2. Nombres propios largos

    Otra excepción son los nombres propios largos. Para efectos del cálculo del Índice de Niebla, los nombres propios largos no cuentan como palabras largas. Por ejemplo: "Edilberto", "Benedetti", "Gastelumendi", "Aristóteles", "Eléspuru", "Mendiburu", "Eleuterio", "Inglaterra", "Microsoft", "Washington", "Volkswagen".
Cifras ideales
  • Cantidad máxima ideal de palabras por párrafo: 55
  • Cantidad ideal de oraciones por párrafo: 3
  • Cantidad máxima ideal de palabras por oración: 18
  • Cantidad ideal de palabras largas por párrafo: 1
  • Índice ideal de niebla por párrafo: 10 o menos
No significa que siempre tengas que escribir todos los párrafos con 55 palabras, 3 oraciones y 18 palabras por oración. No es una ley. Es solo una sugerencia que conviene tener en cuenta.

Aquí uso el Índice de Niebla Textual como un punto de referencia y orientación para pulir la redacción, para que el texto sea más legible. Los promedios antes mencionados constituyen un ideal.

En todo caso, aunque se sugiere un índice máximo de niebla de 15 para un adulto prómedio, y uno de 10 para niños, por lo general recomiendo lograr un Índice de Niebla de 10 o menos, según el método considerado en este artículo. Pero no hay razón para que te preocupes si de vez en cuando superas dicha cifra. Lo importante es la claridad y armonía general del texto.

El único caso en que debes respetar escrupulosamente la niebla es cuando debes dirigirte a cierto público objetivo, es decir, a un público compuesto de personas de nivel educativo y cultural similar. ¿No has visto la advertencia: "Para niños de 3 a 5 años" o "Para mayores de 14"? Es algo parecido.

La fórmula que sugiero en este artículo es solo para ayudarte a descubrir si rebasas el promedio de 10 como una alerta para revisar el texto y evaluar si realmente sería necesario hacerle ajustes.

¿Debemos reducir la niebla cuando el índice rebasa los 20 o 30? 

Depende. Como vimos, el ideal de nubosidad de un texto es 10 o menos, sobre todo si lo leerá alguien de educación primaria. Pero si es razonablemente legible, tendrás que decidir si te conviene rebajarlo.

La fórmula para obtener el índice de nubosidad se diseñó originalmente desde un enfoque científico matemático para examinar las capacidades de lectura de diferentes grupos humanos y, según eso, preparar textos que se leyeran fácilmente. No fue la intención encasillar al redactor en cierto promedio universal. Sin embargo, el principio básico sirve para  incrementar la claridad de cualquier texto.

Lógicamente, si quieres publicar libros para niños o jóvenes en edad escolar, de los cuales dependerá su educación formal, seguramente las editoriales van a ser exigentes y te rechazarán si descubren que tus textos arrojan un índice inapropiado. En países adelantados es ley.

Pero si no estás escribiendo para niños y la mayoría de tus redacciones arrojan entre 10 y 25, ¿para qué romperte la cabeza si algunos párrafos aislados arrojan índices mayores? No creo que sea para tanto.

Hay párrafos de más de 55 palabras con redacciones excelentes que arrojan un índice de entre 15 y 25  y no pierden legibilidad. Más bien, preocúpate si tus párrafos siempre exceden por mucho los promedios recomendados.

Además, piensa en esto: Si todos los párrafos arrojaran el mismo índice y tuvieran el mismo ritmo y tono, ¿no inducirían al aburrimiento?

Hay redactores y reporteros de noticias que siempre usan los mismos ritmos, los mismos tonos, el mismo énfasis, las mismas pausas y quizás hasta la misma cantidad de puntos y comas para todos sus textos. El contenido cambia, pero la forma se mantiene, una y otra vez. Se puede tragar en cuanto a redacción, porque ahorra espacio, pero al leerlo en voz alta, ¡aburridísimo!

A lo largo de mi vida he escrito párrafos de diferente extensión, muchas veces exagerando los límites. Pero comencé a mejorar cuando descubrí que se podía calcular el Índice de Niebla. En vez de atarme las manos, ¡me liberó y me impulsó a ser más cuidadoso al seleccionar las palabras!

Fórmula

Para calcular el Índice de Niebla Textual de un párrafo hay diferentes fórmulas. Todas se parecen, pero fueron diseñadas desde diferentes perspectivas, para diferentes propósitos.

La que utilizo aquí no es para definir escalas que me permitan escribir para diferentes grupos de lectores objetivos, sino para usarla como un simple punto de referencia para disipar niebla.

[NOTA: A partir de este punto, fíjate en el número pequeño al inicio de algunos párrafos. Ese numerito te indica el índice de niebla calculado para ese párrafo. Si el numerito aparece a la izquierda del subtitulo, te indica el índice de niebla calculado para los párrafos de ese subtítulo.]

¹¹ No importa la fórmula que decidas usar, tu meta debe ser disminuir tu nubosidad, ya sea que te dirijas a niños o adultos.

¹³ Para la fórmula que recomiendo en este artículo, primero tienes que obtener las tres variables antes mencionadas: 1) Cantidad de palabras, 2) cantidad de oraciones y 3) cantidad de palabras largas). El resto es un cálculo matemático sencillo.

⁹ Por ejemplo, analiza el siguiente párrafo:

⁷ "En 1952, Robert Gunning (Estados Unidos) descubrió una relación estrecha entre la edad de las personas, su nivel de estudios y la claridad de los textos que leían. Le dio el nombre de Prueba de Legibilidad para Textos en Inglés. Con el tiempo el método se llegó a conocer como el Gunning Fog Index."


Palabras 55
2° Oraciones 3
3° Palabras largas 1


⁵ Teniendo en cuenta las variables 1°, 2° y 3°, aplica la siguiente fórmula:


A + B x 0.4 = N


A 1° entre 2° =18
B 3° por 100 entre A = 5
N A + B x 0.4 = 10

O sea:

¹⁰ Para obtener el dato A: Divide la cantidad de palabras del párrafo entre la cantidad de oraciones de dicho párrafo.

¹² Para obtener el dato B: Multiplica la cantidad de palabras largas por 100 y divide el resultado entre el dato A.

¹³ Para obtener el dato N (Niebla aproximada):
Suma A + B y multiplica el resultado por 0.4

¹¹ ¿Es una broma? No. Originalmente fue el resultado de largos y exhaustivos estudios realizados por Gunning. La fórmula evolucionó con el tiempo.

¹² En la década del 50 se la usó para evaluar la dificultad que tenían los lectores ingleses para entender un texto a la primera leída.

²⁰ Posteriormente, a partir de este punto otros expertos desarrollaron otras teorías, fórmulas y algoritmos para abarcar con más efectividad a públicos más específicos, por ejemplo el "Flesh-Kincaid Grade Level" y el "Flesh Reading Ease Score".

¹⁸ En mi caso, prefiero inspirarme en el de Gunning, que sugirió que el mejor puntaje era inferior a 12, y que para una comprensión universal, incluidos niños de corta edad, la nubosidad debía ser inferior a 8.

²⁰ Claro, aunque se usaran pocas palabras, ningún niño, joven ni adulto entendería fácilmente un texto que hubiese sido escrito con palabras o frases simbólicas, rebuscadas, arcaicas, abstractas, novedosas, extrañas, codificadas o secretas.

¹⁶ Por ejemplo, a una persona culta le podría sonar cristalina la frase "indagamos acuciosamente y disipamos toda suspicacia". Son solo 6 palabras, pero para un lector promedio arrojan una dificultad de lectura de 29, ¡excediendo tres veces el promedio recomendado!

⁷ ¿Y si usamos palabras cortas, como para niños? Aunque fueran breves, ningún adulto entendería nada si la frase no sonara bien. Por ejemplo: "Mañana veré lo que aré ayer". Igualmente, es una oración de solo 6 palabras y tiene una niebla de 2. Sin embargo, ¿captaste el significado, o notaste la incongruencia?

⁹ Si lo leíste más de una vez, fue porque no lo entendiste al primer vistazo. Por si acaso, si te fijas bien, el texto está bien redactado.

⁶ No dice: "Mañana veré lo que haré ayer" ni "Mañana veré lo que haré mañana", sino "Mañana veré lo que a ayer". Parece que hubiera una incongruencia o estuviera mal escrito. ¿Cómo va uno a ver lo que hará ayer? Pero no es así. Si te fijas, no dice haré [de hacer], sino a [de arar].

¹² Muchos lo habrían leído tan rápido que hubieran entendido "Mañana veré lo que haré ayer", y no se hubieran percatado de la aparente contradicción. Otros habrían pensado que estuvo mal escrito: "Mañana veré lo que a ayer", queriendo decir: "Mañana veré lo que haré ayer". Pero aún así tendrían que haber recibido una explicación para entender lo que realmente significaba. Si lo lograste a la primera, ¡felicitaciones!

²¹ En el otro extremo, el uso de muchas palabras en un mismo párrafo no tiene por qué nublar la comprensión. Hay palabras largas que un adulto promedio entiende bien, tales como "fácilmente", "necesario", "diversidad", "soportable", "insistieron", "electricidad", "volcánico", "pantalones", "edificio", "felicitaciones", "significa", "entenderías", "nubosidad".

³⁴ Un ejemplo: "En su Diario, Ana mencionó con palabras desgarradoras que el eco de una vocecita resonaba en su alma como un aviso de alerta roja que no la dejaba dar ni un paso a la derecha ni a la izquierda, aunque estuviera sola en su cuarto, ya fuera de día o de noche, hasta el momento en que tomó la fatal decisión." (Niebla 27) Casi el triple de la nubosidad sugerida, pero se entiende bien.

Otros ejemplos

Leamos el siguiente párrafo.

²⁸ "A la comunidad científica le preocupa el efecto que tendrán sobre los osos polares, las morsas y los pueblos nativos del Ártico el derretimiento de los hielos y el tránsito marítimo regular. Además, el que el paso del Noroeste se haga transitable podría desencadenar conflictos políticos. ¿Qué más puede esperarse de una posible apertura del paso del Noroeste? El tiempo dirá qué más se podría esperar." (Niebla 28)


1 Palabras 66
2 Oraciones 4
3 Palabras largas 9


Calcular: A + B x 0.4 = N


A 1 entre 2 =17
B 3 por 100 entre A = 55
N A + B x 0.4 = 28


Con un poco de paciencia y creatividad reduje la cantidad de palabras a la mitad, y la nubosidad bajó de 28 a 5: "Hay un conflicto entre expertos y nativos en el noroeste ártico. La flora y la fauna sufren por los deshielos y el tránsito naval". (Niebla 5)



1 Palabras 24
2 Oraciones 2
3 Palabras largas 0


Calcular: A + B x 0.4 = N

A 1 entre 2 = 12
B 3 por 100 entre A = 0
N A + B x 0.4 = 5


  1. No obstante, la niebla no tiene por qué convertirse en un tabú ni obsesión. 


Pude escribir: "Existe un serio conflicto entre los expertos y los nativos del ártico noroeste por la flora y fauna que están muriendo por el deshielo y el exceso de tránsito naval." 

O quizás: "Expertos y nativos del ártico noroeste se rompen la cabeza por el deshielo y el imparable tránsito naval. Se está diezmando la flora y fauna." 

O: "La flora y fauna del noroeste ártico está desapareciendo debido al deshielo y al imparable tránsito naval, generando discusiones entre expertos y nativos." 

Alguien podría objetar: "¡Qué importa! Hay párrafos bien escritos que gozan de gran claridad aunque rebasan los promedios mencionados". Y tendría toda la razón. Pero en esencia, el mensaje de este artículo es  que no conviene abusar.

¹⁴ Reitero que los resultados de estos cálculos no son científicos ni absolutos, sino relativos. Solo tienen el propósito de servirte como ejemplo sobre de la importancia de disipar la niebla.

²⁴ Por tanto, aunque se pueden sustituir algunas palabras largas por otras cortas y aumentar la cantidad de oraciones manteniendo la misma cantidad de palabras (o menos), hay palabras largas que no siempre conviene sustituir y oraciones largas que no siempre conviene dividir, ya sea por estética, ritmo u otra conveniencia.

¹³ Por ejemplo, se puede reducir el índice que provoca una expresión larga, como "se ha re-sen-ti-do" escribiendo "se re-sin-tió", y en vez de "puede sus-ti-tuir-se" se podría reemplazar por "se puede sus-ti-tuir". La cantidad de palabras aumenta, pero la dificultad de lectura disminuye.

¹⁶ Por supuesto, se supondría que habría más claridad escribiendo menos palabras. Pero no por reducir la cantidad de palabras a la mínima expresión se garantiza que el cálculo arroje un resultado bajo, ni que por un aumento meramente técnico de la nubosidad (N) se pierda claridad, belleza, sencillez o concisión, o se nuble el entendimiento.

¹³ Por ejemplo, comparando el cálculo anterior con el que sigue, verás que la nubosidad subió de 5 a 11 y no perdió claridad: "Los científicos están preocupados por el deshielo y el tránsito naval regular en el noroeste del Ártico. Afecta la fauna y genera un conflicto social."


1 Palabras 25
2 Oraciones 2
3 Palabras largas 2


Calcular: A + B x 0.4 = N

A 1 entre 2 = 13
B 3 por 100 entre A = 16
N A + B x 0.4 = 11

⁶ Todo indica que se requiere cierto criterio. Un frío cálculo matemático no será siempre la solución a la niebla.

¹⁰ Cierta frase podría parecer corta y arrojar un Índice de Niebla por debajo del promedio desde un punto de vista técnico de la estructura de las palabras, pero arrojar una elevada nubosidad desde un punto de vista intelectual. Una frase podría resultar larga y fácil de entender, y otra corta y difícil de discernir.

²³ Por ejemplo, ¿qué entenderías si leyeras: "Un constituyente textual es aquel tipo de razón que explica por qué una secuencia de enunciados no es una mera concurrencia sino un compuesto distinto de la integración de cada una de las unidades que lo componen"?

37 palabras, 1 oración, 5 palabras largas y una nubosidad de 20. No es mucho. Pero ¿podrías explicar lo que entendiste en la primera leída? Pocos lo harían.

²⁰ Tendrías que entender a qué se refería específicamente el redactor con "constituyente textual", "tipo de razón", "secuencia de enunciados", "mera concurrencia", "compuesto distinto de la integración" y "unidades que lo componen".

¹² Sin ese conocimiento, sería imposible entenderlo. Son expresiones abstractas que no se pueden materializar ni ver con la imaginación. Si a un adulto le cuesta entender, a un niño, más.

¹⁷ Tomé esa frase de un párrafo que se componía de más de 160 palabras repartidas en 5 oraciones que en total sumaban unas 32 palabras largas y arrojaban un Índice de Niebla de 53.

⁸ Lo interesante es que fue redactada por un experto lingüista. El texto completo constaba de decenas de páginas con extensos párrafos individuales de hasta 400 palabras cada uno. En todos, el lenguaje y estilo era similar. En tan solo uno de los párrafos calculé unas 15 oraciones y casi 80 palabras largas. ¡Arrojó una nubosidad de más de 120 en un solo párrafo!

¹⁰ Un ejemplo muy diferente se puede ver en este pasaje de la Biblia: "El espíritu del hombre es la lámpara del Señor, que sondea hasta el fondo de sus entrañas". (Proverbios 20:27) Arroja una niebla de 9.

⁹ No obstante, uno podría quedarse pasmado un rato sin entender nada. ¿Acaso Dios necesita una lámpara para ver mejor, o que el "espíritu" del hombre le sirva para iluminar el camino a sus "entrañas"? ¿Y a las "entrañas" de quién se refiere, las del hombre o las de Dios?

⁷ No tendría sentido que alguien escribiera con un lenguaje tan exquisito, a no ser que quisiera que solo lo captaran los que mostraran interés genuino en discernir el mensaje. Tal vez esa fue la intención. Muy posible.

¹⁴ Si uno presta atención, pone interés y estudia el contexto verá que la palabra "espíritu" también se puede traducir como "aliento", y que el "aliento" no siempre se refiere al "aire" que proviene de los pulmones, sino al motivo o la actitud mental que nutre e impulsa a las personas. En este caso parece que se refiere a otra cosa que sale por la boca: El habla.

¹⁰ Por otro lado, la referencia a "las entrañas" parece lenguaje figurado. No se refiere literalmente a las "entrañas del cuerpo humano", sino a lo más profundo del alma.

¹¹ Ahora sí discernimos: "Si queremos saber cómo es una persona por dentro, prestemos atención a lo que dice y a cómo lo dice."

²⁰ En otras palabras, lo que sale de su boca, es decir, su habla o tema de conversación, resulta ser, en sentido figurado, como una lámpara que alumbra su interior y pone al descubierto lo que verdaderamente es como persona.

¹⁴ Aunque un texto sea corto, fácil de leer y arroje una baja niebla, a veces puede ser difícil de entender. Felizmente hay recursos: Aislamos y distinguimos las ideas unas de otras, juntándolas, separándolas, comparándolas y contrastándolas.

²⁰ El objetivo del cálculo de dificultad textual en este caso es que las expresiones escritas se entiendan lo más rápido posible, es decir, a la primera leída, mediante el uso de oraciones de estructura simple. 

¹⁰ ¿Cuántas palabras calcular?

²⁰ Según los enfoques científicos, algunos indican que para obtener resultados más objetivos se sugiere un mínimo de 100 palabras por cálculo. Pero aquí no tengo la intención de enseñarte a escribir libros para niños, sino simplemente ayudarte a ver la conveniencia de analizar cualquier texto y, al margen del tema y del propósito por el cual escribes, reducir la nubosidad de ser necesario 

⁸ Por tanto, siéntete libre de ensayar y ejercitar con la fórmula todo lo que desees. Utiliza textos cortos y largos y no te sientas bajo ninguna presión. Te ayudará a disipar la niebla. 

¹⁴ Otros parámetros

¹⁴ Ahora bien, recuerda que el cálculo del Índice de Niebla Textual fue diseñado originalmente por Gunning para evaluar textos en el idioma inglés, cuyas palabras largas son diferentes en español. Sin embargo, si solo quieres mejorar tu habilidad para disipar la niebla textual, quizá también puede ser de utilidad en otro idioma.

¹⁹ Siendo que la oratoria generalmente implica auditorios muy variados, desde jóvenes de corta edad hasta adultos de larga trayectoria, de todos modos es excelente contar con un método para mantener bajo control la niebla.

¹³ La fórmula que uso aquí no tiene el propósito de realizar una evaluación científica exacta con la finalidad de escribir para diferentes grupos objetivos. La fórmula aquí usada es solo para reducir el índice de nubosidad. Cualquier sistema o fórmula resultará eficaz.  

¹⁷ Es interesante que Dale Carnegie enseñara a sus estudiantes la importancia de dirigirse a cualquier auditorio como si se tratara de jóvenes de 14 a fin de lograr la máxima claridad en la expresión. Sus cursos de oratoria comenzaron en 1912, unos 40 años antes del descubrimiento del Índice de Niebla Textual.

²⁶ Cuando en 1978 diseñé Las 4 Leyes de Técnicas Dinámicas para Hablar en Público, Ganar Confianza y Relacionarse con los Demás©, me tracé el mismo objetivo con respecto a la oratoria: Informar con claridad, impactar con imágenes que produjeran emociones y sensaciones, y motivar entreteniendo para impedir el aburrimiento. 

¹⁹ Así que, al margen de la fórmula que decidas usar y de los promedios establecidos para Estados Unidos, puedes valerte de la fórmula mencionada para encauzar mejor tu expresión escrita en español, aunque los resultados no coincidan con otras fórmulas. 

¹⁴ ¿Deben preocuparte las diferencias?

⁹ No. Ya sea que uses la escala de Gunning, de Kincaid, de Flesh-Kincaid u otra, lo importante es reducir tu nubosidad o aumentar tu claridad al exponer y escribir.

¹³ Si usas una fórmula con una escala ascendente y obtienes un promedio de 50, significaría que deberías mejorarlo subiendo hasta 100 o más. Y si la escala es descendente y obtienes un promedio de 50, deberías mejorarlo bajando hasta 10 o menos.

¹⁴ La perfección de la escala no es importante en este caso, sino aprender a ejercitar la reducción de la niebla cualquiera que sea la fórmula que decidas utilizar.

¹⁵ Por otro lado, ten en cuenta que, aunque el arte de hablar, escribir y gesticular no está atado de manos, a veces tendrás que someterte a ciertos parámetros estrictos (circunstancias, tiempo y espacio disponible).

²⁰ Por ejemplo, una columna periodística suele tener un espacio definido y tal vez te exijan editar el texto de acuerdo con parámetros establecidos por la política del medio de comunicación en cuestión.

⁶ En mi página web y en mis blogs puedo darme el lujo de derramar mi cerebro como desee. A veces redacto párrafos largos, a veces cortos. Pero no podría hacerlo con el espacio que me dieran en una columna periodística. Tendría que echar mano más a menudo a la fórmula, como un pivote.

¹⁹ Respeto y admiro el índice de Gunning porque fue el pionero, descubridor y originador de la primera fórmula, y uso una fórmula similar tanto como puedo, como referencia, pero no me rijo estrictamente por esta.

¹⁵ Como hemos visto, los promedios relativos mencionados se limitan al aspecto físico del párrafo (palabras y oraciones), no a la idea, al ritmo ni al arte de exponerla. Pero el hecho de esforzarte por disipar la niebla te ayudará también a mejorar el texto en otros sentidos.

Sugerencias para aumentar la claridad de un párrafo
  1. La claridad aumenta con más oraciones

    Una manera de disminuir la nubosidad es aumentando la cantidad de oraciones, pero manteniendo la misma cantidad de palabras. Por ejemplo, si el párrafo tiene 50 palabras y un total de dos oraciones, puedes dividirlo en tres o más oraciones procurando que siga teniendo 50 palabras, o bien reduciendo la cantidad de palabras.

    Por ejemplo, en vez de: "Un texto es una composición de signos codificados en un sistema de escritura -como un alfabeto- que forma una unidad de sentido, y su tamaño puede ser variable" (N 17), escribes: "Un texto es un conjunto de códigos escritos. Un sistema que forma una unidad con sentido de tamaño variable" (N 4).

  2. La claridad también mejora reduciendo o eliminando las palabras largas

    Si solo hubiéramos dividido en tres oraciones el texto del ejemplo anterior, hubiésemos obtenido un Índice de Niebla de entre 17 y 20. Pero al sustituir las palabras largas por cortas lo redujimos a 4. ¡Excelente!

    Por eso, si es necesario y también posible cambiar palabras largas por palabras cortas, hazlo. Por ejemplo, en vez de "utensilio" o "instrumento", podrías escribir: "material", "palanca", "ayuda", "ingenio", "máquina", "soporte", "apoyo", etc. Y en vez de "marítimo", podrías escribir: "por mar". "En vez de "los científicos", podrías escribir: "los expertos". En vez de "plantas y animales", podrías escribir: "flora y fauna".
Pero recuerda siempre que no significa que automáticamente una oración corta será más clara, ni que una larga será confusa.

Por ejemplo, la frase "transmitimos ideas con códigos escritos" es una oración corta. Tiene 5 palabras y una niebla de 10. En cambio, "Un texto es un conjunto de códigos de escritura que registra o transmite una idea de tamaño variable" parece ser una oración más nubosa porque tiene 18 palabras, pero su niebla bajó a 9. Y si escribimos: "Un texto es un conjunto de códigos escritos. Un sistema que forma una unidad de sentido. Su tamaño puede variar", baja hasta 4.

¿Cómo lo resumirías tú?

Dependiendo de la necesidad que tengas de explicar un asunto, puedes explayarte o resumir hasta lograr un Índice de Niebla lo suficientemente bajo como para que todos entiendan lo que quieres comunicar.

No es necesario sacrificar belleza por concisión, ni concisión por belleza. Puedes resumir un texto hasta la mínima expresión. Lo importante es que se entienda a la primera leída.

Escribir 5 oraciones con un total de 400 palabras abstractas en un párrafo que contiene docenas de palabras largas resultaría en que solo te entendieran los que pensaran como tú. De otro modo, habría que forzarlos a terminar de leer.

Ocurre cuando un juez convoca a peritos judiciales o forenses para que examinen cierta evidencia escrita. También con los estudiantes universitarios, cuya nota aprobatoria depende de que lean, estudien y opinen sobre lo que el maestro les ha exigido leer, aunque dicho material de lectura sea nebuloso y aburrido.

Por eso, no explicarías las cosas de igual manera a un adulto, que ha acopiado muchos conocimientos durante su vida, que a un niño que está empezando a vivir, ¿verdad?

Veamos cómo reducir la siguiente frase:

"Un texto es una composición de signos codificados y ordenados inteligentemente en un sistema estructurado de escritura (como, por ejemplo, el alfabeto) para formar una unidad de tamaño variable." (N 21)

"Un texto es una composición de signos codificados en un sistema bien estructurado de escritura (como, por ejemplo, el alfabeto) que forma una unidad de pensamiento de tamaño variable y con sentido." (N 20)

"Un texto es un conjunto de códigos de escritura que registra o transmite una idea de tamaño variable." (N 9)

"Transmitimos ideas mediante códigos escritos llamados textos." (N 9)

"Un texto es una idea transmitida con un código escrito." (N 8)

"Texto es un código de escritura que comunica ideas." (N 8)

"Texto es el código escrito que comunica una idea." (N 8)

"Texto es una idea escrita en código." (N 3)

"Un texto es una idea escrita." (N 2)

"Texto = Idea escrita" (N 1)

Puedes reducir la niebla o dificultad de lectura hasta donde quieras, según lo permita tu creatividad.

Herramienta "contar palabras"

El programa Word, de Microsoft te facilita enormemente la tarea de contar las palabras de un párrafo cuando es muy extenso.

Abre una página nueva, pega el párrafo y selecciona "Herramientas", opción "Contar palabras", y el programa te dirá inmediatamente cuántas palabras contiene la selección.

Otra opción es que mientras escribes en Word, el programa va llevando la cuenta de la cantidad de páginas, palabras y caracteres que vas escribiendo. Es un contador en la parte inferior de la página.

A partir de esos datos puedes realizar un cálculo apropiado de manera manual con una calculadora o usando Excel.

Calculando el Índice de Niebla Textual

Si te apasiona el tema y quieres mejorar el Índice de Niebla de tus escritos, ¿por qué no preparas un archivo Excel o le pides a un amigo que te ayude?

Durante más de 60 años he leído párrafos extensos y fáciles de entender, y párrafos cortos y difíciles de entender.

Aprender a hacer el cálculo de niebla no significa que todos tus escritos resultarán automáticamente claros. Pero tenerlo en cuenta te estimulará a ser más consciente al momento de redactar cualquier cosa. 

¿Hay apps que hacen el cálculo?

Gracias a Fernando Ávila, no necesitas un aplicativo, ni descargar nada de Internet. Solo tienes que abrir severoladrillo.com  y copiar/pegar tu texto. Te hará el cálculo en un par de segundos.

Entonces, ¿por qué te di tan larga explicación? Porque siempre es mejor saber el por qué de todo. No basta con copiar una fórmula. Un profesional debe esforzarse por conocer el por qué de las cosas.

Hallarás aplicativos gratis en PlayStore. Por ejemplo, el "Readability Test Free" (en inglés). Escribes o pegas el texto, tocas "Analyze Text" ¡y listo!

No solo te dará el resultado según el "Gunning Fog Index" (mi preferido), sino según el "Flesh-Kincaid Grade Level" y el "Flesh Reading Ease Score". Estos dos se basan en conceptos diferentes, así que los resultados varían mucho pero con similar eficacia para disipar la niebla. Investiga para saber cómo funcionan.

Por ejemplo, el "Flesh-Kincaid Grade Level" asigna un puntaje ascendente para una mayor facilidad de lectura, mientras que el Gunning asigna un puntaje descendente para una menor dificultad de lectura. Personalmente prefiero el de Gunning.

Lo importante no es el idioma ni el programa informático, ya sea que te arroje un puntaje ascendente o descendente. Tu meta es reducir la dificultad de lectura.

¿Usar siempre palabras cortas?

A veces es imprescindible usar palabras largas para facilitar el entendimiento, ya sea porque cierta(s) palabra(s) largas(s) importe(n), o porque no hay sinónimos cortos que la(s) reemplace(n), o porque en caso de transcribir textualmente una frase original de cierto autor que dijo: "Proporcionalmente", "felizmente", "desgraciadamente", "espectacular", "definitivamente" o "murciélago". Tienes que transcribir exactamente lo que dijo.

No tienes que usar siempre palabras cortas ni dividir siempre las oraciones largas. Como vimos antes, hay palabras y oraciones largas que hasta los niños entienden perfectamente. Pero en lo posible, la sugerencia es usar cortas. Lo importante es mantener el Índice de Niebla lo más bajo posible.

Si te acostumbras a reducir la dificultad de lectura de tus redacciones, aprenderás a expresarte con más estética y candor.

Poemas Haiku japoneses

Por otro lado, si este asunto ha despertado tu interés, tal vez te convenga investigar y practicar también un poco la estructura de los "Poemas Haiku".

Un poema haiku es un puñado de palabras dichas en el momento adecuado, y pueden bastar para comunicar un mensaje extenso con pocas palabras.

Depende de la inteligencia con que tu mente arme la frase. A veces se activa con una simple emoción a manera de chispa.

También pueden bastar pocas palabras para concebir o concretar un pensamiento en la mente de uno mismo.

Solo una advertencia: No es bueno empezar ni terminar un discurso con un poema enredado. La razón es que no sabes si todos en el auditorio tienen oídos entrenados para entender poemas. Podrían reaccionar pensando: "¿Qué dijo?" y derrotaría tu propósito. Usa un poema corto para empezar o terminar un discurso solo si es muy fácil de entender y recordar.

¿Cuáles fueron las últimas palabras de Einstein en su lecho de muerte? Nadie sabe. La enfermera dijo que pareció haber dicho algo en alemán. Pero ella no hablaba alemán.

Calidad, no cantidad

"Las palabras solo tienen sentido 
para el que las entiende."

No es la cantidad de palabras sino la manera como las escribes y dices lo que alarga o acorta el tiempo y esfuerzo que demanda dejarte entender.

Ciertamente, tu oratoria mejorará si te acostumbras a controlar tu Índice de Niebla Textual