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Tu manera de tomar asiento, como todo otro rasgo de tu personalidad, refleja algo de ti.
En el sitio medicinapositiva.com aparecieron estas interesantes figuras:
La última es la postura sugerida. Sin embargo, el mensaje social no es igual al emocional. Lo que recomienda el médico es correcto. Pero el auditorio no lo percibe desde un punto de vista médico.
Aunque sentarse uno correctamente beneficia su salud, no debe pasar por alto cómo lo ve su auditorio.
Mi sugerencia es que te sientes correctamente según como se sugiere en la figura de arriba, pero bien atrás, como en la figura de abajo, de modo que la espalda realmente se apoye en el respaldar. Con un pie adelante y otro atrás, a fin de suavizar la impresión que causa la imagen.
Si te sientas correctamente, pero sin soltura, tus oyentes recibirán un mensaje emocional de rigidez, y la rigidez en la postura comunicará ideas de intolerancia, personalidad estricta, carácter intransigente, y con ello, dogma, prejuicio, complejos y otras emociones negativas.
Pero si te sientas correctamente con cierta soltura, tus oyentes percibirán un
mensaje emocional de calidez, y la calidez comunicará tolerancia y una personalidad razonable y equilibrada. ¡Emociones positivas!
Por eso, cuando estés frente al auditorio, toma asiento con seguridad y aplomo asegurándote de tener la silla exactamente detrás de ti. Siéntela con la parte posterior de la pierna, entonces dóblate discretamente. Esto es especialmente importante si estás en una cena o almuerzo.
Algunos se han desorientado, traicionados por los nervios, y han caído aparatosamente al intentar sentarse después de su discurso, ¡hasta jalando el mantel y pasando un bochorno tremendo! ¿Cómo pudo suceder?
Con los nervios, al ponerse de pie, sin querer comenzaron a bambolearse hasta que acabaron dando un leve paso al costado, desubicándose. Al tomar asiento creyeron que la silla estaba justo detrás -cuando en realidad ya no estaba justo detrás- y se sentaron pesadamente fuera de sitio, y el peso de su cuerpo los tiró al piso como un costal.
Otros dieron un excelente discurso, pero con el saco abierto, y al encorvarse para tomar asiento, como estaban con corbata y con el saco abierto, sumergieron la punta de la corbata en la sopa. ¡Qué pena!
Toma asiento discretamente
Si decides tomar asiento, hazlo con naturalidad. Primero siente el borde del asiento con tus pantorrillas y después dobla las rodillas con distinción, como lo haría un embajador que toma asiento para dialogar con sus homólogos de otros países. Y aunque te sugiero ponerte de pie con entusiasmo si vas a hablar desde tu sitio, evita dar un salto o hacerlo tan lentamente que parezca que sufres de ciática. Por supuesto que, si sufres de ciática, estaría justificada cualquier postura recomendada por el médico.
Una advertencia. Hablar con saco y corbata tiene una connotación formal. Mantenlo abotonado. Pero tomar asiento puede arrugar tu saco y darte una imagen desaliñada cuando después te pongas de pie. Por eso, si el asiento te permite crear un vacío en la parte inferior de la espalda, procura que el saco quede suelto en esa parte. No se arrugará. Pero si es un respaldar mullido, tienes dos opciones. Una es sentarte en el borde de manera que puedas evitar aplastar tu saco, y otra, sentarte bien atrás aplastándolo.
Si el anfitrión se relaja y toma asiento, desabotonando su saco y aplastándolo, puedes sentarte al borde de tu asiento. Proyectarás sumisión. Pero si te sientas igual que él, con el saco desabotonado, proyectarás semejanza de condiciones. En todo caso, al relajarse, él espera que hagas lo mismo. No se ofenderá.
Si tu anfitrión se sienta al borde, sería una falta de respeto sentarte relajadamente aplastando tu saco. Ejerce buen criterio.
Si estuviste sentado con el saco desabotonado, es recomendable abotonarlo si te pones de pie para exponer, y abrirlo si vas a usar un puntero y señalar imágenes en una lámina. No se verá informal, sino como una necesidad. Si señalas con el puntero con el saco abotonado tirará del botón creando una imagen desagradable. Si no tira, puedes mantenerlo desabotonado. Ejerce buen criterio.
Relaja tus cuerdas vocales
Las cuerdas vocales son extremadamente sensibles. Reciben el impacto directo de cualquier tensión proveniente del resto del cuerpo, ya sea por una manera exagerada de gesticular o por colocar los pies, piernas o manos de una manera que produce tensión, y, por supuesto, por gritar.
Los gritos contribuyen a producir una voz latosa, raspante, chillona, tosca, ronca u horrible, porque falta la relajación necesaria para la modulación agradable. La modulación profesional y los gritos son totalmente incompatibles.
Por otro lado, muchas personas que exponen sentadas someten a tensión innecesaria sus cuerdas vocales moviendo nerviosa y constantemente sus pies o piernas, o juntando y sobando sus manos como si rezaran. Eso se refleja en las cuerdas vocales.
Otra manera de generar tensión es recargarse sobre la mesa apoyando los codos mientras se elevan exageradamente los hombros hasta la altura de las orejas, dando una imagen de lástima. ¡Relájate un poco!
Por supuesto que la altura de la silla y de la mesa, o tu propia estatura, pueden afectar tu postura y tu imagen. Solo que, en cuanto dependa de ti, procura proyectar una postura tranquila y libre de tensiones.
Deja en paz los objetos que hay sobre la mesa
Mueve solo los documentos o lapiceros que sean necesarios. En todo momento evita que tu cuerpo, gestos o movimientos se conviertan en factores que distraigan. Por ejemplo, si vas a usar un puntero, coloca la punta exactamente donde quieres que el auditorio ponga sus ojos; y cuando termines de usarlo, déjalo a un lado, o parecerás un director de orquesta o espantador de mosquitos.
Concéntrate en el punto principal
Si eres miembro de un panel, recuerda que lo correcto, educado y culto es concentrarte en lo que se está tratando. Quédate casi inmóvil durante la exposición de otra persona, mírala a los ojos y asume una postura que demuestre que realmente estás concentrándote en lo que está diciendo.
Evita fumar frente al -o en el- auditorio. ¿Sabes por qué los relatores profesionales de noticias evitan fumar frente al televidente? Por la misma razón por la que te sugiero evitarlo. Además, a pesar de las imágenes de salud, belleza y prestigio que proyecta la publicidad, al presentar a los fumadores como modelos de éxito, la realidad es que la sociedad en general asocia a la persona que fuma con los conceptos "monería", "mal olor", "mal aliento", "contaminación ambiental", "dientes y dedos amarillos", "bigotes sucios", "vicio", "adicción", "falta de voluntad", "debilidad de carácter", "cáncer", "suicidio lento" y "muerte". ¡Eso distrae!
Usa contraseñas
Si necesitas urgentemente a tu secretaria, y estás en medio de una conferencia, en vez de llamarla a gritos o buscarla con una lupa entre tus oyentes, coordina con ella de antemano para que esté alerta a algún gesto tuyo previamente acordado, como cogerte mucho rato el mentón ("Llámame ahora mismo a mi celular"), o cogerte del cuello ("Ven inmediatamente").
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