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Tu modo de andar, como todo otro rasgo de tu personalidad, refleja algo de ti.
Desplázate con seguridad y estabilidad frente al auditorio. Al subir al escenario, busca el punto del escenario a donde te diriges y mantén la vista allí al ir, mirando por momentos dónde pisas, para evitar tropezar o resbalar.
Camina pesadamente
Si se trata de una reunión muy seria, camina pesadamente, como si pesaras el doble, aunque con dinamismo. Los andares ligeros comunican fragilidad. Si eres una mujer, procura andar con encanto, pero no de modo que comuniques fragilidad. No me refiero a la fragilidad propia de una copa de cristal, que le viene muy bien a las mujeres, sino al modo de andar ligero o descuidado que transmite falta de carácter, como el de niños descuidados o desorientados. En tal caso, tus pasos deben comunicar encanto, pero también determinación y seguridad, no inestabilidad emocional y desorden.
Desplázate ágilmente
Si se trata de una reunión muy alegre o informal, acelera el paso. Si llevas mucha prisa, camina con entusiasmo, aunque sin apresurarte nerviosamente, porque si resbalas, podrías caer aparatosamente y proyectar una imagen muy desfavorable. Si usas zapatos nuevos, frota suavemente la suela con una lija suave o con un trozo pelado de papa cruda. Le dará más ajuste.
Si subes o bajas escaleras
Si subes o bajas escaleras, pisa los escalones de uno en uno, ¡sin rasparlos! Si quieres subir de dos en dos, es preferible que lo dejes solo para las ocasiones informales.
Si caminas muy lentamente frente al escenario, separando mucho los pies hacia los lados, exagerarás el balanceo de tu cuerpo y proyectarás una imagen muy pesada, como de tortuga; y si lo haces muy rápidamente, se verá ridícula, como Chaplin.
El punto de equilibrio es andar sobriamente, como si pesaras el doble, pero con encanto (si eres mujer) o aplomo (si eres hombre).
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