Una manera de superar el temor

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Cuando una joven me preguntó cómo podía superar su temor de presentarse a una entrevista de trabajo, le pregunté si el temor estaba fuera de ella o dentro de ella. A lo cual respondió que estaba dentro. Luego le pregunté: "Entonces, ¿hay que vencerlo desde fuera hacia dentro, o desde dentro hacia fuera?", y ella razonó que tenía que comenzar por dentro. Luego le expliqué que si bien es cierto que hay que empezar por dentro, para hacerlo necesitaba introducir cierta información que la fortaleciera de dos maneras: Primero para entender su temor, y segundo, para decidirse a actuar.

El hecho de entender que el temor está dentro facilita mucho la tarea de vencerlo, aunque lo importante es pensar en términos de ganar confianza más que en términos de perder temor. Y, ¿cómo se gana confianza? Practicando el comportamiento deseado.

Aunque un buen arquero o guardameta sabe tapar goles, ¿cómo es que llega a ser un gran arquero? ¡Practicando! Aunque un músico sepa tocar piano, ¿cómo es que se convierte en un gran concertista? ¡Practicando! Aunque un matemático sepa todas las fórmulas, ¿cómo es que llega a ser un experto? ¡Practicando! Y aunque un hombre sea valiente, ¿cómo es que llega a serlo? ¡Practicando!

La práctica hace la experiencia, y eso también aplica al campo del desarrollo de la personalidad. Para superar nuestros temores, practicamos los comportamientos que nos inquietan. Por ejemplo, si durante un largo período comienzas a lanzar al aro una pelota de basket, una y otra vez, terminarás incrementando tu habilidad para encestar. Durante el primer día de práctica tal vez dediques una hora y encestes un par de veces. Al segundo día seguramente encestarás más de un par de veces. Es lógico concluir de que a medida que te esfuerzas, aumentará tu rendimiento. Por ejemplo, si al día siguiente encestas ocho veces en una hora, significa que tu promedio es dos canastas cada 15 minutos. ¡Mejoraste con respecto al día anterior que fue cada 30 minutos!

Lo mismo sucede con una entrevista de trabajo y con cualquier otra actividad de la vida que revista alguna importancia para ti. ¿Acaso has asistido a 10 entrevistas diarias alguna vez en tu vida? Pocas personas harían eso, sobre todo si nunca han ido a una. La mayoría novata ignora cómo es una entrevista, cómo te mirarán y qué te preguntarán. Y aunque es verdad que puedes comprarte manuales y libros para saber qué te recomiendan los expertos en imagen, tarde o temprano tendrás que pararte frente a una persona que te entreviste, y responderle. Si nunca practicaste, ¿cómo sentirás el valor suficiente como para comparecer y triunfar?
La clave está en la práctica. Hablo de practicar de verdad y de mentira. Por ejemplo, la práctica de mentira es aquella que puedes efectuar en tu casa, saliendo por una puerta y entrando vez tras vez, como si estuvieras en una oficina. Entras, saludas, tomas asiento y simulas una entrevista de trabajo cambiando de asiento a medida que interpretas los papeles de ambos, de entrevistador y entrevistado. Y la práctica de verdad es aquella que efectúas en verdad, yendo a una entrevista real.

¿Cómo? ¿Acaso se supone que irás a una entrevista si nunca has ido a una? ¡Exacto! Me refiero a asistir a entrevistas reales solamente para practicar y entrar en calor. Por ejemplo, si sientes demasiada tensión de solo pensar que irás a una entrevista en un banco (muchos piensan en un banco hay gente importante), haz lo siguiente: abre un periódico y busca otra clase de empresas, algunas que tengan poca importancia para ti, es decir, que estén fuera de tus planes, y prepara una lista de los horarios y requisitos para asistir a dichas entrevistas. En realidad, tu propósito será 1) saber cómo es el ambiente en los alrededores; 2) saber cómo es el ambiente por dentro, en la sala de espera; 3) saber cómo es el ambiente en la oficina donde se llevará a cabo la entrevista; y 4) saber cómo te vas a sentir antes, durante y después de la entrevista. Aunque estas empresas y entrevistas están fuera de tu objetivo, te servirán para practicar entrevistas reales.

Después de haber practicado una buena cantidad de veces, prepara una lista de financieras, compañías de seguros y cajas de ahorro, y sigue en cada visita los 4 pasos sugeridos en el párrafo anterior hasta acumular muchas razones para sentirte como pez en el agua. Finalmente, prepara una lista de bancos y preséntate a todos, menos al que realmente estás apuntando. Deja ese para el final.

Resultados:

1. Sales de la duda y aprendes cómo son realmente las entrevistas para buscar empleo
2. Aunque una empresa te rechace, podría llamarte en el futuro, cuando surja la vacante
3. Durante la fila forzosamente tendrás cierto roce social que te ayudará a desenvolverte
4. Durante la fila tal vez hagas amigos que te recomienden en el futuro a otras empresas
5. Acumularás el valor que necesitas para enfrentar cualquier tipo de entrevista en el futuro
6. Una de las muchas empresas que visites te agradará tanto que desearás quedarte en ella
7. Tu entrevistador tal vez vea en ti justo a la persona que estaba buscando

¡Sí! Mientras la frustrada mayoría espera en línea con los brazos cruzados, tú sácale el jugo a la entrevista, porque tu secreto es que estás allí solo para practicar. Tu confianza puede llegar a crecer tanto que irradies una personalidad firme y entusiasta. Además, en el ínterin, habrás acumulado tal experiencia que podrás aplicar tus nuevas cualidades a otros campos.

Subproductos de tu nueva confianza son, por ejemplo, que, aparte de conseguir un empleo que te agrade, tal vez te animes a practicar un deporte que antes te asustaba, viajar en avión, ir de safari, casarte o qué sé yo. Lo importante es que ganes el valor que necesitas.

Así fue como cierta joven que quería trabajar en un banco comenzó sus prácticas y fue contratada por una importante compañía en menos tiempo de lo que había imaginado, ¡nada menos que en la primera entrevista! Y quedó pasmada cuando después de algún tiempo de estar trabajando, uno de los que la examinaron le dijo: "Desde el primer momento que te vimos, descartamos a todas las demás postulantes. Sabíamos que eras justo la persona para el puesto. Se te veía muy segura de tu misma".

¡Aunque recordó que aquel día se moría de pánico, esta persona le estaba diciendo que se le veía muy segura! ¿cómo pudo suceder? Había practicado tanto que fue suficiente para causar una excelente impresión en la primera oportunidad. ¿Y el banco? Dejó de parecerle la única opción en la vida, porque en aquella compañía conoció a muchas personas interesantes. En su tiempo libre reforzó su capacitación en campos afines, ganándose la admiración y el respeto de sus jefes, y se dio cuenta de que eso era lo que en el fondo siempre había querido.

Por eso, nunca desestimes la fuerza de ponerte en positivo. En vez de pensar en función de perder miedo, piensa en función de ganar valor, entonces el valor vendrá a tu vida y nunca te abandonará.

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