Tres sugerencias para ganar confianza

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A continuación comentaré tres sugerencias para superar el temor y ganar confianza, inspiradas en comentarios de Kerry L. Johnson, instructor de vendedores y consultor de varias de las empresas de Fortune:

1. Conoce a una nueva persona cada día durante una semana por medio de tomar la iniciativa y presentarte. Por ejemplo, ve a la tienda del barrio y, al ingresar una señora, mírala y dile con alegría: "Disculpe, su rostro me es familiar. ¿Es usted tía de Betty?". Cuando te mire extrañada (porque en realidad nunca antes la viste), añade: "Perdón, creo que me equivoqué. Usted se parece tanto. ¡Qué vergüenza, le ruego que me disculpe". Si se muestra poco amable, deja el asunto ahí nomás. Y si dice algo así como: "A cualquiera le pasa". Añade inmediatamente: "Sí, solo que es muy desagradable equivocarse. ¿Confundió alguna vez a una persona con otra?". Si dice: "¡Por supuesto!", agrega: "¡Oh, discúlpeme, qué descortesía la mía! Mi nombre es Lucía. Bueno, mucho gusto, señora, y nuevamente, disculpe la molestia. ¡hasta pronto!". ¡Así se ejercita la confianza!

No estoy diciendo que entres a Internet y chatees con extraños, sino animándote a saludar a las personas de manera natural en las situaciones cotidianas. Los tiempos han cambiado mucho. Ya no es como antes. Está ampliamente demostrado que hablar con extraños por Internet no es recomendable. Pero en la vida diaria, ante la vista de todos, no tienes por qué mostrarte hostil ni distante con las personas si no te han dado ninguna base para desconfiar. Para conocer a las personas, es mejor hacerlo cuando uno está rodeado de otras personas. No es prudente hacerlo en lugares aislados ni solitarios, tampoco de una manera que no puedas tratar con ellas en persona y en situaciones normales. Además, el saludar a alguien de manera casual, como en el ejercicio mencionado no te compromete a entablar una amistad. De hecho, solo se supone que es un ejercicio para cultivar confianza. No es una tarea consistente en formar compromiso alguno.

2. Consigue que alguien conteste "sí" tres veces seguidas en el curso de una conversación cada día durante una semana. Por ejemplo, si alguien habla de pasteles, diciendo: "¡Me encantan los pasteles con crema!", sigue, más o menos, esta secuencia:

- ¿Te gustan?
- Sí.
- Siempre te han gustado?
- Sí.
- ¿Te puedo hacer una pregunta?
- Sí.
- ¿Cuál es el que más te gusta?

3. Lleva la contraria (solo como un ejercicio para efectos de este asunto) a por lo menos una persona cada día. Por ejemplo, si alguien te habla de fútbol, dile que aunque el fútbol es un deporte popular, parece un deporte violento. El propósito es que te lleve la contraria, solo para practicar el arte de negociar. Por ejemplo, un amigo te dice: "El domingo habrá partido".

- ¿Qué partido?
- El clásico.
- ¿Desde cuándo te gusta el fútbol?
- Uf! Desde niño, blablabla, blablabla.
- A muchos les parece que el fútbol es un deporte violento.
- ¿Violento? De ninguna manera. ¡Es fascinante! (Rechazó tu idea)
- Dime, ¿qué es una tarjeta amarilla?
- Una tarjeta amarilla es blablabla, blablabla, blablabla.- ¿Y una tarjeta roja?
- Una tarjeta roja es blablabla, blablabla, blablabla.
- Y ¿cuántas tarjetas amarillas y rojas hay como promedio en un partido?- Blablabla, blablabla, blablabla.
- Entonces, ¿serías tan hidalgo de reconocer que por lo menos hay cierto grado de violencia?
- Bueno, de haber, la hay, aunque blablabla, blablabla, blablabla. (Vendiste la idea).

Si una persona flaca engorda, deja de estar flaca. Igualmente, si una persona que está temerosa gana confianza, deja de estar temerosa. Practicando un desenvolvimiento eficaz podrás alcanzar cualquier nivel o grado en tu sensación de valor y seguridad personal.

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