Cómo ayudar a otros a superar sus fobias

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 Para ayudar a otros a superar sus fobias uno comienza por esforzarse por superar las suyas. Una fobia es una forma de temor arraigado que uno permite que lo controle como si tuviera poder sobre uno, de modo que en vez de hacer lo que uno quisiera, deja que la fobia lo controle.

Citando las recomendaciones de Richard Bandler y John Glinder con referencia a la programación neurolingüística, Kerry L. Johnson, en su éxito de ventas "How to increase your sales by 70% in six weeks" (Cómo lograr la excelencia en ventas), menciona uno de los métodos más sencillos para superar una fobia, el cual envuelve la imaginación. La sugerencia consiste en concentrarse con frecuencia en recuerdos agradables hasta que el cerebro se habitúe a hacerlo y afecte el comportamiento, modificándolo.

Por lo tanto, las palabras claves son: Recuerdos agradables, concentración, frecuencia y hábito. Veamos cómo el entender lo que cada una de estas cosas significa nos ayuda a poner en práctica la sugerencia.

Concentración

Concentrarte quiere decir aislarte mentalmente de todo por un momento, para volver a sentir un recuerdo agradable, recreándolo en todo detalle, experimentándolo, es decir, viviéndolo otra vez como si ocurriera hoy.

Recuerdo

En este caso, recordar es repasar con la memoria algo agradable que sucedió en tu vida. Deténte por un momento y revisa tu lista de recuerdos, uno tras otro, y quédate con uno bonito que alguna vez te reportó una profunda satisfacción o placer (el día que te regalaron una bicicleta, el día que aprendiste a manejar automóvil, el día que fuiste de pesca con tus padres, el día que viajaste a otro país). Obsérvalo mentalmente como en una película en blanco y negro y coloréalo poco a poco hasta reconstruir el recuerdo completo. Añádele sonido, siente lo que sentiste y deléitate en ello. Ahora, mentalmente aíslate con frecuencia para concentrarte en ello.

Este paso te demandará un poco de esfuerzo porque, por lo común, las personas tienden a espaciarse mentalmente en recuerdos negativos, tristes o desagradables más bien que en recuerdos positivos, alegres o agradables. Por eso tienes que evocar tus recuerdos y hacer un verdadero esfuerzo por revisar tu lista de experiencias hasta conseguir aquel incidente agradable que te gustaría revivir vez tras vez.

Frecuencia

En este caso, por frecuencia me refiero a una repetición del paso anterior, tantas veces que se vuelva una costumbre. Insistir y machacar en ello porfiadamente, vez tras vez, como una medicina que tomas cada vez que tienes una descompensación. Cuanto más frecuente el ejercicio, más se fijarán las emociones y sensaciones agradables, y, por lo tanto, más te ayudará a modificar tu comportamiento.

Un amigo sufrió muchos problemas familiares, de modo que buscó fotografías de los pasajes más significativos de la vida de cada uno de los miembros de su familia. Por ejemplo, su esposa siendo cargada por su padre cuando tenía tres años de edad y ambos sonreían alegremente, su hija disfrutando de una clase de natación que su madre le impartía, chapoteando y riéndose alegremente, él mismo cargando a su hija recién nacida y abrazando tiernamente a su esposa a la salida del hospital, otra foto con un grupo selecto de amigos de la juventud.

De las fotos que escogió, depuró la selección hasta quedarse con quince, entre grandes y pequeñas, antiguas y recientes, en blanco y negro y en colores, y las mandó enmarcar en un espacio de 30 x 40 cms. ¡Quedó precioso! Y, ¿dónde las colocó? En el baño, por ser un lugar donde cada miembro de la familia tenía que permanecer obligadamente a solas durante algunos minutos varias veces al día. Debido a que se trataba de fotos de momentos muy agradables, era irresistible quedarse contemplándolo, por lo menos, algunos segundos cada vez. Todos se obligaban a sí mismos a volver a sentir el placer de reconstruir mentalmente los momentos más agradables de sus vidas, lo cual los motivó y unió mucho haciéndoles recapacitar en lo valiosa que era su unión familiar y los muchos sacrificios que les había costado. ¡Hazte un cuadro tú también y míralo con frecuencia!

Hábito

Un hábito es una rutina o costumbre, algo que uno hace siempre. Se convierte en parte de tu modo de ser y tu manera de vivir. Algunos le llaman manía.

Para que algo se convierta en un hábito tienes que repetirlo una gran cantidad de veces, hasta que se fije fuertemente en tu personalidad. Eso es lo que sucede con una fobia. Una vez que prende, se convierte en un fuego que consume toda tu vida y crees que tienes que vivir con ello para siempre y nada podrás hacer al respecto. ¡De ninguna manera! Como recomiendan Bandler y Grinder, con una buena programación neurolingüística pueden modificarse algunos rasgos del comportamiento habitual.

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