La motivación constructiva implica inyectar esperanza y optimismo

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¿Qué es la motivación?

En pocas palabras, la motivación es la causa, fuerza o incentivo que nos mueve a actuar y hacer lo que tenemos que hacer.

¿Qué entendemos por 'constructiva'?

Decimos que algo es constructivo cuando es útil, provechoso, beneficioso y edificante. La motivación constructiva levanta y fortalece el ánimo de quien la recibe, aunque superficialmente implique algún dolor pasajero, como en una exhortación o amonestación. Por ejemplo, un padre permitiría que su hijo pase por el sufrimiento y las molestias que le puede ocasionar una intervención quirúrgica difícil con tal de lograr su recuperación.

Esperanza

La esperanza es una certeza y convicción de que puedes y vas a lograr una meta mediante hallar maneras lícitas de alcanzarla. Fortalece tu seguridad de que las cosas van a mejorar. Aun cuando la tarea parezca muy grande, te da fuerzas para resistir ante las pequeñas y grandes derrotas, o a dejarte aplastar por la ansiedad y la depresión. Da lugar al optimismo y desplaza al sentimiento de impotencia ayudando a dividir las metas en sub metas que, poco a poco, sean más manejables.

Optimismo

El optimismo es un estado de ánimo que provee aliento, brío y confianza, una emoción al servicio de tu mejor actuación. Pero depende mucho del concepto que tengas sobre el éxito o el fracaso. Por ejemplo, a unos, el fracaso los desmorona, se sienten culpables, y rumian pensamientos negativos vez tras vez como si hubiesen quedado incapacitados de por vida.

Otros, en cambio, lo consideran como una oportunidad para reflexionar y hacer ajustes pertinentes, a fin de evitar repetir los mismos errores en el futuro, emprendiendo con más fuerza sus tareas, aunque tenga que empezar de cero.

Por eso, acepta y reconoce el rechazo con elegancia, sabiendo que solo se trata de una reacción pasajera, fruto de alguien que opina de manera diferente. Lo que importa es volver a la carga y superar el desafío que, a la larga, te hará ser más eficaz. Ejerce autodominio hasta cuando te encuentres en un estado de gran felicidad, impidiendo que se convierta en un simple arrebato de alegría superficial. ¡Y jamás olvides caminar con dignidad aunque tengas en ánimo en el piso!

Cuando ayudas a tus oyentes a cultivar esperanza y optimismo, también los ayudas a derrotar a la impotencia, la depresión y los sentimientos de inutilidad, a asumir los fracasos como lecciones y experiencias, y a mantener una actitud de fortaleza y empeño que los lleva de la mano hacia el verdadero éxito en sus vidas. Porque enfocan los asuntos con mentalidad vendedora, siempre poniendo la vista en un futuro mejor.

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