La Ventana Johari

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La Ventana Johari es una interpretación de Joe y Harry, unos profesores norteamericanos. Charles Handy la publicó en su libro "La Organización Por Dentro, Ideas Para Directivos". Sirve para explicar los diferentes enfoques de una interacción. El siguiente es mi comentario al respecto.



El diagrama muestra una casa con 4 habitaciones, 4 puertas interiores y 4 ventanas exteriores.

La casa te representa a ti, y cada una de sus cuatro habitaciones representa diferentes lados de tu personalidad, observables desde cada una de las ventanas o puertas por donde se mire.

Por las ventanas, los demás pueden ver las habitaciones 1 y 2, pero no lo que hay en las 3 y 4. Tú puedes ver lo que hay en las habitaciones 1 y 4, pero no lo que hay en las 2 y 3.

Ambos pueden ver lo que hay en la habitación 1, pero ninguno puede ver lo que hay en la 3.

Para saber lo que hay en la habitación 2, tienes que preguntar a la otra persona. Si ella quiere, te abrirá la puerta que comunica con la habitación 2 y te dejará ver lo que hay dentro, es decir, cómo te ve ella a ti.

Para que la otra persona vea lo que hay en la habitación 4, tú tienes que abrirle la puerta que comunica con la habitación 1 y permitirle ver lo que hay dentro, es decir, cómo te ves a la luz de tus propios ojos.

Pero en algunos casos, para ver lo que hay en la habitación 3 (que representa todo tu pasado, tu herencia, talentos, vocación, prejuicios, deficiencias y otras cosas profundas), tal vez necesites asesoramiento especializado y tengas que dar tu consentimiento para que el especialista te ayude a abrir las puertas que dan a dicha habitación, sobre todo si nunca la has abierto.

Como puedes notar, tú no te ves como te ven los demás, ni los demás te ven como tú te ves a tus propios ojos. Las habitaciones 1 y 2 son públicas y todos pueden observar lo que hay dentro, no puedes evitarlo; pero la habitación 4 es reservada y privada, ningún ser humano puede entrar a las habitaciones 3 y 4 sin tu autorización.

Todo esto, por supuesto, es solo un cuadro ilustrativo, pero sirve para enfocar de una manera objetiva la manera como te relacionas con los demás.

Si no abres la puerta a la habitación 4, no puedes juzgar a los demás por llegar a sus propias conclusiones basándose solo en lo que ven en la habitación 2. O si no les preguntas lo que ellos ven en la habitación 2, no podrás comprender por qué llegaron a dichas conclusiones, ni mejorar los rasgos de tu personalidad que necesites mejorar ("Así soy yo, siempre he sido así y no pienso cambiar". Misma piedra).

Si bloqueas permanentemente la habitación 3, un día podrías explotar sorpresivamente e inundar las otras habitaciones con su contenido; pero si abres la puerta, ya sea para comunicarte con la habitación 2 o la habitación 4, puedes conocer mejor lo que hay dentro.

De modo que hay ventaja en abrir las puertas y ventanas para mantener tu casa ventilada en vez de cerrarlas y vivir una vida de aislamiento.

Lo ideal es que la manera como te ven los demás no se contradiga con la manera como te ves a ti mismo(a). Pero para que la habitación 1 se parezca más a la habitación 4 tienes que abrir las puertas y aprender a escuchar y enterarte de lo que los demás ven en la habitación 2.

Es natural que a veces te pongas a la defensiva cuando te enteras de que los demás piensan de una manera diferente respecto a tus metas y a los métodos que sigues para alcanzarlas, a como haces tu trabajo y a las decisiones que tomas todos los días. Pero solo abriendo las puertas que dan a las habitaciones 2 y 4 podrás experimentar el maravilloso sentimiento de amar al prójimo.



De modo que ¿eres una persona fácil o difícil de tratar? ¿Sueles iniciar buenas relaciones con las personas, pero terminan siendo enemigos tan pronto como se conocen mejor? ¿Te consideras una persona abierta o cerrada, tímida y reservada, o comunicativa y amigable? Eso depende de si abres o cierras las puertas y ventanas que dan a tu vida.

No es fácil vivir, estudiar o trabajar con una persona cerrada, que al menor roce se pone a la defensiva, o que siempre está pendiente de los defectos de los demás, porque la confianza se construye sobre la base de abrir las puertas y ventanas, no de cerrarlas.

Nunca podrás formar relaciones estables con los demás si exiges que los demás te abran sus puertas, te inspiren confianza y demuestren ser tus amigos mientras tú les cierras las tuyas, les muestras desconfianza o evades la comunicación. Si quieres que te acojan, acógelos tú primero.

Las personas usan máscaras y uniformes para distinguirse de los demás, eso es normal. Todos jugamos un papel en la vida. El médico se pone máscara de médico, pero cuando está con sus hijos se pone máscara de papá; el policía se pone máscara de policía, pero cuando viaja de vacaciones se pone máscara de turista; el carpintero se pone máscara de carpintero, pero cuando está con su esposa se pone máscara de esposo. Es normal. Pero si cierras la puerta, ¿cómo puedes exigir confianza, amistad, amor y cariño?

Sobre todo, para formar una organización fuerte, productiva y eficaz, es indispensable fomentar la política de aprender a conocer a los demás y darse a conocer uno mismo.

Por eso, ¿cómo te ves por dentro? ¿Cómo te ven los demás? Ármate de valor y pregunta lo que piensan de ti, lo que ven en la habitación 2, y después date un tiempo para explicarles lo que hay en la habitación 4, para que te conozcan mejor y los conozcas mejor y puedas interactuar con ellos en un plano más saludable, en un plano más real. Y si descubres que necesitas abrir la puerta que conduce a la habitación 3, tal vez necesites meditar en las ventajas de conocerte más profundamente y tomar una decisión prudente al respecto.

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